Podría ayudar a que los niños se mantengan delgados | 16 OCT 14

Comer en familia en un ambiente tranquilo es positivo

Que los dos padres estén presentes y comer en la cocina también se vincularon con tener un peso más saludable, informan los investigadores.

*Imagen: portada The New Yorker

Las comidas en familia con un ambiente positivo, tranquilo y amable podrían contribuir a evitar que un niño llegue a tener sobrepeso u obesidad, según sugiere un estudio reciente.

Los niños parecen ser menos propensos a ganar un peso adicional si en las comidas en familia hay conversaciones agradables, se dan ánimos de forma positiva y no se producen alborotos cuando los niños se portan mal, afirmaron unos investigadores de la Universidad de Minnesota. Para realizar el estudio, vieron muchas horas de videos grabados de comidas familiares.

"En las casas donde los niños tenían sobrepeso, había un ambiente menos positivo en la mesa", dijo la autora del estudio, Jerica Berge, psicóloga de la Universidad de Minnesota. "En general era algo más caótico".

El estudio se basa en investigaciones anteriores que han vinculado las comidas familiares frecuentes con un riesgo reducido de obesidad infantil. Berge y sus colaboradores decidieron investigar qué ocurre en una comida familiar que podría influir en ese riesgo, y si algunas comidas familiares podrían tener un efecto más positivo que otras.

Los investigadores pidieron a 120 familias que grabaran sus comidas con iPads y entonces estudiaron las grabaciones de video. Tomaron nota de la duración y el tipo de comida servida, de cómo interactuaban los miembros de la familia durante las comidas y de cómo estos factores se relacionaban con el peso de un niño.

Los niños con un peso normal eran más propensos a tener comidas familiares durante las cuales los padres decían cosas alentadoras y todo el mundo parecía disfrutar de la compañía de los demás, dijo Berge.

La negatividad en la mesa parecía estar asociada con la obesidad. "No es deseable que los padres usen las comidas familiares como oportunidad para dar lecciones sobre hacer los deberes u otros problemas familiares", señaló Berge. "A los niños les iba mejor si el tiempo para comer era más un momento para relacionarse, para conectar en la mesa con los padres y los hermanos".

Los niños que tenían sobrepeso pasaban menos tiempo en las comidas y comían más a menudo en otras habitaciones que no fueran la cocina, mostraron los hallazgos.

Por ejemplo, el 30 por ciento de las comidas de los niños con sobrepeso tuvieron lugar en la sala de estar, en comparación con el 17 por ciento de los niños con un peso saludable. Por otra parte, el 80 por ciento de las comidas de los niños con un peso saludable tuvieron lugar en la cocina, en contraste con el 55 por ciento de las de los niños con sobrepeso.

Pero las comidas de los niños con sobrepeso no fueron mucho más cortas que las de los niños con un peso saludable: un promedio de 13.5 minutos frente a 18.2 minutos.

"Cuando observamos a la logística alrededor de las comidas familiares, son más factibles de lo que la mayoría de las personas creen", dijo Berge. "No tienen que ser tan largas para que tengan un efecto positivo, y puede realizarse a cualquier hora del día: en el desayuno, el almuerzo o la cena".

Berge cree que las comidas familiares regulares y positivas proporcionan un sentido de estabilidad que puede influir en los hábitos alimentarios de un niño.

"Le dan al niño una sensación de seguridad en el mundo, y la sensación de que el niño puede regular su vida, lo que creo que se extiende a su capacidad de regular la alimentación", dijo. Los padres también tendían a servir como modelos de una alimentación saludable.

Los investigadores también reportaron que los niños con un peso saludable tenían más probabilidades de que ambos padres estuvieran presentes en las comidas familiares.

"En este estudio, parece que el hecho de que el segundo cuidador esté presente ayuda", señaló Berge. "Quizá ayudaba a mantener el caos bajo control, o quizá sirviera como modelo adicional, pero cambiaba las cosas".

Tres de cada cinco familias tenían algún tipo de pantalla encendida durante la comida, como la tele, el teléfono celular, la computadora o un videojuego manual. Tanto los niños con sobrepeso como los que tenían un peso normal eran igualmente propensos a tener una pantalla encendida durante la comida familiar, según el estudio.

Los hallazgos aparecen en línea el 13 de octubre en la revista Pediatrics.

Los hallazgos del estudio parecían indicar que el modo en que se comportan los padres (servirse porciones saludables y actuar como modelo de rol) parece tener tanta importancia como otras distracciones del hogar, dijo Melinda Sothern, catedrática de promoción de la salud en la Facultad de Salud Pública de la Universidad Estatal de Luisiana.

"Uno tiene que pensar que si una madre y un padre tienen la intención de celebrar una comida familiar casi se puede afirmar que la siguiente idea es que van a ser mejores padres en general", dijo Sothern. "Es mucho más sencillo pasar con el auto por una ventana de comida rápida, o poner a los niños delante de la televisión con una comida congelada".

Aunque el estudio encontró una asociación entre las rutinas en las comidas familiares y el peso de los niños, no demostró que exista una relación causal.

 

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