Podrían provocar daños duraderos en los riñones | 08 AGO 14

Las infecciones del tracto urinario en la niñez

Pero los investigadores informan que tres factores de riesgo detectan el riesgo igual de bien que una radiografía con catéter.

Las infecciones del tracto urinario son las infecciones bacterianas graves más comunes en los niños pequeños, y casi uno de cada ocho niños que contrae una terminará con cicatrices en los riñones y un mayor riesgo de insuficiencia renal más adelante en la vida.

Identificar a esos niños pronto es esencial, y los investigadores reportan ahora que una combinación de tres factores (fiebre alta, la detección de anomalías en los riñones a través de un ultrasonido y la identificación del tipo de bacteria en cuestión) detecta a esos pacientes igual de bien que una prueba basada en catéter, que resulta muy desagradable.

"Hallamos que se puede más o menos predecir los niños que están en un mayor riesgo al observar tres cosas distintas cuando ingresan", afirmó el autor del estudio, el Dr. Nader Shaikh, profesor asistente de la Universidad de Pittsburgh y pediatra del Hospital Pediátrico de Pittsburgh.

En el pasado, los médicos usaban una combinación de un catéter y una radiografía para detectar a los niños con un mayor riesgo de cicatrices en los riñones.

La prueba requiere que se usen un catéter para llenar la vejiga del niño con un contraste especial. Entonces, los médicos le pedían al niño que orinara mientras le hacían una radiografía, para poder ver si el flujo de orina indicaba un problema renal.

Los médicos usaban la prueba de radiografía con frecuencia en los 60 y los 70, pero en los últimos años han estado evitándola, afirmó el Dr. Kenneth Roberts, pediatra de Greensboro, en Carolina del Norte, que escribió un editorial que acompaña al nuevo estudio.

"Es muy incómodo, muy molesto y conlleva una buena cantidad de radiación", dijo Roberts. "No solo no vale la pena hacer que todos los niños pasen por ese procedimiento, sino que con este estudio ahora tenemos información que muestra que simplemente no se justifica".

Para ver si hay una mejor opción para hallar a los niños con un riesgo elevado de cicatrices renales, Shaikh y sus colaboradores revisaron datos existentes de estudios anteriores con 1,280 niños de hasta 18 años de edad y menores.

Alrededor del 15 por ciento de esos niños sufrieron de cicatrices en los riñones por una infección del tracto urinario. Los investigadores hallaron que tres factores se asociaban fuertemente con las cicatrices:

Una fiebre de al menos 102 ºF (casi 39 ºC).
Infección con una bacteria distinta de la E. coli.
Un ultrasonido que detectara una anomalía en el riñón.
Un modelo basado en esos factores predijo a casi el 45 por ciento de los niños que terminaron contrayendo cicatrices renales, una tasa que es de apenas un 3 a un 5 por ciento menos efectiva que los modelos con pruebas de sangre o el examen de radiografía con catéter, reportaron los investigadores.

Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 4 de agosto de la revista JAMA Pediatrics.

La potencia real de la prueba proviene de su capacidad de descartar a los niños en riesgo, anotó Shaikh.

"La predicción no es perfecta", dijo. "Podemos afirmar que más o menos el 80 por ciento de los niños no tendrán cicatrices, y no tenemos que preocuparnos de ellos".

Los médicos pueden aumentar la observación de los niños con un riesgo más alto de cicatrices en los riñones. "El enfoque principal debe ser prevenir infecciones posteriores en esos niños", dijo Shaikh. "Cada vez que se contrae una [infección del tracto urinario] hay otra oportunidad de contraer cicatrices".

Roberts se mostró de acuerdo.

"Ahora que sabemos qué grupos están en mayor riesgo, quizá debamos crear métodos para reducir la inflamación durante la infección, y posiblemente prevenir las cicatrices", planteó. "Podemos descartar cosas que hacemos que molestan a los niños, y pensar sobre formas novedosas de preservar sus riñones".

FUENTES: Nader Shaikh, M.D., M.P.H., assistant professor, University of Pittsburgh, and pediatrician, Children's Hospital of Pittsburgh; Kenneth Roberts, M.D., pediatrician, Greensboro, N.C.; Aug. 4, 2014, JAMA Pediatrics.

 

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