Tratamiento hipolipemiante en la enfermedad coronaria | 23 JUN 14

Riesgo cardiovascular, función endotelial, hipertrigliceridemia

La hipertrigliceridemia se asocia con la disfunción del endotelio, valorada con la dilatación mediada por el flujo. El agregado de ezetimibe se acompaña de disminución del nivel de triglicéridos y mejoría de la función endotelial.
Autor/a: Dres. Yunoki K, Nakamura K, Ito H y colaboradores Fuente: SIIC American Journal of Cardiology 108(3):333-339, Ago 2011

Introducción

En la presente investigación, los autores analizaron las asociaciones entre los factores residuales de riesgo cardiovascular y la función endotelial en pacientes con enfermedad coronaria e hipertrigliceridemia tratados con estatinas o con estatinas más ezetimibe.

Pacientes y métodos
En el presente estudio se incluyeron 109 sujetos con enfermedad coronaria estable y antecedente de revascularización percutánea o de derivación con injerto, controlados entre 2009 y 2010. Todos los participantes habían recibido estatinas en el contexto de la prevención secundaria durante más de 3 meses (atorvastatina, 42%; rosuvastatina, 28%, pitavastatina, 13% y pravastatina, 17%).

Fueron excluidos los pacientes con síndromes coronarios agudos, accidente cerebrovascular o insuficiencia cardíaca, así como también aquellos que habían sido sometidos a una cirugía mayor en los últimos 3 meses. Tampoco se estudiaron los sujetos con angina, enfermedades inflamatorias o tumores malignos.

La hipertensión se diagnosticó según los criterios propuestos por la Organización Mundial de la Salud en 1999 y la International Society of Hypertension. Se estableció diabetes en los pacientes con valores de glucemia en ayunas > 126 mg/dl, de concentración de hemoglobina glucosilada > 6.1% o en tratamiento con agentes hipoglucemiantes.

En el diagnóstico de la dislipidemia se aplicaron los criterios de la Japan Atherosclerotic Society de 2007. El síndrome metabólico se definió en presencia de una circunferencia de la cintura > 85 cm en los hombres y > 90 cm en las mujeres en combinación con dos o más de los hallazgos siguientes: niveles de triglicéridos > 150 mg/dl o de colesterol asociado a lipoproteínas de alta densidad (HDLc) < 40 mg/dl; presión arterial sistólica > 130 mm Hg o presión arterial diastólica > 85 mm Hg y glucemia en ayunas > 110 mg/dl, según las pautas establecidas para los pacientes japoneses en 2005.

En las muestras de sangre se determinaron los niveles de triglicéridos, colesterol asociado a lipoproteínas de baja densidad (LDLc), HDLc, glucemia, hemoglobina glucosilada, proteína C-reactiva, ácido úrico, adiponectina, péptido natriurético cerebral y lipoproteínas de baja densidad modificadas con malondialdehído (MDA-LDL). La función vascular dependiente e independiente del endotelio se valoró con la dilatación mediada por el flujo (DMF) y con la dilatación asociada con la nitroglicerina, respectivamente, en la arteria braquial mediante ultrasonido.

Treinta y dos de los 109 pacientes con niveles de triglicéridos > 150 mg/dl fueron asignados a tratamiento con ezetimibe (n = 16; una estatina más dieta más ejercicio más ezetimibe, grupo A) o sin ezetimibe (n = 16; una estatina más dieta más ejercicio, grupo B). El perfil de lípidos y la función endotelial se valoraron al inicio y después de 3 meses de tratamiento.

Las variables categóricas se compararon con las pruebas de χ2 o de Fisher; las comparaciones entre los grupos se efectuaron con pruebas de la U de Mann-Whitney, mientras que las comparaciones del perfil de lípidos y de la función del endotelio, al inicio y a los 3 meses de tratamiento, se efectuaron con pruebas de la t o de Wilcoxon, según el caso. Mediante modelos de regresión lineal se determinaron los factores asociados con el porcentaje de cambio en la DMF (ΔDMF).


Resultados

En los análisis de variables únicas, el sexo masculino, el índice de masa corporal (IMC), el diámetro basal en la arteria braquial y los niveles séricos de triglicéridos, del HDLc, el ácido úrico y la adiponectina se asociaron significativamente con el porcentaje de DMF en los pacientes con enfermedad coronaria tratados con estatinas. En los modelos de variables múltiples, la concentración de triglicéridos y de HDLc y el diámetro basal de la arteria braquial se asociaron en forma independiente con el porcentaje de DMF (triglicéridos: beta = -0.210; p < 0.05; HDLc: beta = 0.208, p < 0.05).

El 76% de los pacientes (83 de 109) logró los valores deseados del LDLc (< 100 mg/dl) establecidos por la American Heart Association y por el American College of Cardiology para la prevención secundaria. El 29% de los pacientes (n = 32) tuvo niveles de triglicéridos > 150 mg/dl.

Los participantes fueron divididos en dos grupos según la concentración de triglicéridos: normal (< 150 mg/dl; n = 77) o alta (> 150 mg/dl; n = 32). La obesidad y el síndrome metabólico fueron más frecuentes en los pacientes con hipertrigliceridemia (IMC, p < 0.05; síndrome metabólico, p < 0.05). Por su parte, la concentración sérica de los triglicéridos, las MDA-LDL y la glucemia fue significativamente mayor, mientras que los niveles del HDLc y la adiponectina fueron más bajos en los pacientes con hipertrigliceridemia en comparación con los sujetos con niveles normales de triglicéridos.

 

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