Ponen en riesgo la "inmunidad grupal" | 08 MAY 14

Los brotes de enfermedades y los antivacunas

Los riesgos actuales quizá no cambien la opinión de los contrarios a las vacunas.

Un estudio sobre la epidemia de tos ferina en el estado de Washington no halló ningún aumento en el número de vacunas administradas a los bebés

Los expertos que tienen la esperanza de que los brotes de enfermedades de niños puedan provocar que los padres contrarios a las vacunas cambien de opinión podrían sentirse desalentados por los resultados de este estudio nuevo de gran tamaño.

Durante un brote de tos ferina (pertussis) en el estado de Washington que duró desde octubre de 2011 hasta diciembre de 2012, los investigadores hallaron que las tasas de vacunación no aumentaron.

El equipo de investigación observó, de unos 80,000 bebés de entre 3 y 8 meses de edad, cuántos habían recibido la cantidad recomendada de dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la pertussis (DTaP), la actual vacuna contra la tos ferina, antes y durante la epidemia.

"Hallamos que en comparación con un momento anterior a la epidemia, no hubo un aumento significativo en el número de vacunas administradas a los niños durante la epidemia", dijo la investigadora principal, la Dra. Elizabeth Wolf. Wolf es miembro del Instituto de Investigación Pediátrica de Seattle y afiliada de la Universidad de Washington.

El nuevo estudio llega en medio de los informes recientes de que los brotes de enfermedades infantiles prevenibles, como la tos ferina y el sarampión, están en aumento.

Mientras tanto, la controversia sobre la seguridad de las vacunas se mantiene en la medida de que algunos padres siguen decidiendo que no se administren a sus hijos las vacunas obligatorias mediante las exenciones "por creencias personales", aunque algunos estados están tomando medidas para limitar esas exenciones.

"Las tasas de vacunaciones en los Estados Unidos siguen estando por debajo de los objetivos de salud pública", dijo Wolf. "No comprendemos del todo lo que mejora la aceptación de las vacunas".

"El hecho de que los padres decidan no vacunar a sus hijos probablemente sea la causa principal de los brotes de enfermedades que ya habían desaparecido"

Wolf añadió que una creencia que se sostiene convencionalmente es que cuando el riesgo de la enfermedad es alto, la aceptación de la vacuna aumenta si es efectiva para la prevención de la enfermedad. "Nuestro estudio pone en duda la idea de que la aceptación de la vacuna aumenta de manera uniforme cuando el riesgo de enfermedad es alto", señaló.

Otro experto dijo que el hecho de que los padres decidan no vacunar a sus hijos probablemente sea la causa principal de los brotes de enfermedades que ya habían desaparecido en los Estados Unidos.

"El problema no es teórico", dijo el Dr. Paul Offit, jefe de la división de enfermedades infecciosas del Hospital Pediátrico de Filadelfia. "Se empieza a ver que la inmunidad grupal se erosiona con los brotes de sarampión y pertussis. La razón principal es que las personas deciden no vacunar a sus hijos".

"El mundo se está volviendo más peligroso desde el punto de vista de las enfermedades infecciosas. El sarampión y la pertussis han regresado. Se trata de enfermedades graves que antes de que hubiera vacunas provocaron muchas muertes", añadió.

"No vacunarse es algo peligroso y no tiene ninguna ventaja: es como jugar a la ruleta rusa"

Las vacunas son la mejor protección contra estas enfermedades, y decidir no vacunar a los niños puede ser peligroso, indicó Offit. "No vacunarse es algo peligroso y no tiene ninguna ventaja: es como jugar a la ruleta rusa", dijo.

El principal miedo que los padres tienen es que las vacunas de algún modo aumentan las probabilidades de que sus hijos sean autistas, señaló Offit. Aunque la conexión entre el autismo y las vacunas se ha desacreditado, todavía sigue influyendo.

Ahora, comentó, "hasta que encontremos una causa o causas claras del autismo, o una cura o una manera de prevenir el autismo, el miedo a las vacunas va a estar presente. Es muy fácil asustar a la gente, y es muy difícil quitarles el miedo".

Mientras tanto, las enfermedades infecciosas seguirán propagándose.

La tos ferina es una enfermedad bacteriana extremadamente contagiosa que puede llevar a la neumonía, a sufrir convulsiones, daños cerebrales y a la muerte, y se muestra más agresiva en los bebés, afirman los investigadores.

El comité asesor de prácticas de inmunización de los CDC considera que los bebés están actualizados con la vacuna DTaP cuando han recibido una dosis de la vacuna para los 3 meses de edad, dos dosis para los 5 meses y al menos tres dosis para los 7 meses.

La vacuna DTaP está bien establecida y tiene muy pocos efectos secundarios, pero es posible que a los padres les preocupe la seguridad de la vacuna, señaló Wolf.

"No está claro por qué no hubo un aumento significativo de las vacunas durante la epidemia", dijo. "No sabemos si el miedo de los padres a los efectos adversos sigue superando al miedo de la enfermedad, incluso ante una epidemia".

Los resultados del estudio fueron presentados el lunes en la reunión de las Sociedades Académicas de Pediatría (Pediatric Academic Societies) en Vancouver, Columbia Británica. Los datos y las conclusiones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

Antes de los años 40, cuando apareció la vacuna, aproximadamente 200,000 estadounidenses sufrían de tos ferina cada año y unos 9,000 fallecían, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

La agencia señala que en 2012, la tos ferina provocó que más de 48,000 personas enfermaran y la muerte de al menos 14 bebés menores de 3 meses.

El Dr. Greg Wallace de los CDC dijo que los médicos de familia son la clave para conseguir que se vacune a los niños.

"Aunque los proveedores de atención de la salud tengan poco tiempo, nuestra experiencia ha sido que la mayoría de los padres escucharán lo que digan sus proveedores de atención primaria", indicó.

"Si aportan la información y responden a las preguntas de los padres y siguen defendiendo la vacuna, ese suele ser el modo más efectivo de que las personas se vacunen", añadió Wallace, jefe de equipo del sarampión, las paperas, la rubeola y la polio de los CDC.

Por su parte, Offit dijo que el éxito de las vacunas ha llevado a las personas a un falso sentimiento de seguridad. Dado que muchas de estas enfermedades han desaparecido, las personas han olvidado lo horribles que eran, dijo.

La receta de Offit para que más niños se vacunen es dura. "Supongo que más niños tendrán que sufrir, ser hospitalizados y morir antes de que los padres se den cuenta de que están en riesgo", lamentó.

FUENTES: Elizabeth Wolf, M.D., senior fellow, Children's Research Institute, University of Washington, Seattle; Paul Offit, M.D., chief, division of infectious diseases, Children's Hospital of Philadelphia; Greg Wallace, M.D., team lead, measles, mumps, rubella and polio, U.S. Centers for Disease Control and Prevention; May 5, 2014, presentation, Pediatric Academic Societies meeting, Vancouver

 

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