Influenza, conjuntivitis o diarrea son algunas de las enfermedades que de acuerdo con los especialistas se pueden transmitir a través de teléfonos y otros dispositivos táctiles, toda vez que son grandes transportadores de bacterias y gérmenes al estar en permanente contacto con nuestras manos. Ante ello, se ha desarrollado un nueva cubierta de cristal que tendría la cualidad de combatir bacterias.
El invento fue presentado durante la Feria Internacional de Electrónica de Consumo (CES 2014), que se lleva a cabo en Las Vegas, Nevada, por la empresa Corning, creadora del material Gorilla Glass®, producto utilizado en muchos teléfonos inteligentes.
La nueva tecnología está formulada con un agente antibacteriano y plata iónica que se incorpora en la superficie del vidrio e inhibe el crecimiento de algas, moho, hongos y bacterias, y protege las superficies de contacto durante toda la vida útil del dispositivo, conservando la funcionalidad, durabilidad y resistencia.
El cristal antibacteriano también se podría usar en cubiertas para pantallas y estructuras arquitectónicas como paneles de pared, puertas, ventanas y de protección que se tocan con frecuencia.
Un foco de infección
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Standford en California, Estados Unidos, los equipos con pantalla táctil se han convertido en transmisores de la influenza y otros virus, y tendrían 18 veces más cantidad de gérmenes que un baño público para hombres.
El estudio alerta sobre los altos riesgos de transmisión de patógenos desde diversas superficies a la piel humana y revela que cerca de 30% de los virus que se almacenan en un móvil irán a parar a los dedos de los usuarios.
A su vez, un estudio realizado por el microbiólogo Charles Gerba de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, un teléfono puede albergar más de 162.000 gérmenes por centímetro cuadrado. Sin embargo, el número de bacterias alojadas en una pantalla de teléfono móvil depende de la cantidad de microorganismos que se transmitan durante el contacto de los dedos con el dispositivo.
Por otro lado, según un estudio realizado por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de la Universidad Queen Mary, Londres, en promedio uno de cada seis celulares en Inglaterra está contaminado con la bacteria Escherichia coli, que se encuentra en las heces humanas, responsable de infecciones gastrointestinales. Estos datos provienen de una investigación que consistió en la toma de 400 muestras en celulares de 12 ciudades británicas. Sus autores atribuyeron esta situación a que las personas no acostumbran a lavarse las manos con jabón después de ir al baño.
Otro estudio, liderado por el Dr. Dubert Guerrero, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de North Dakota, Estados Unidos, evaluó 20 tabletas usadas en un hospital y concluyó en que hasta 15% de ellas estaba infectado por bacterias potencialmente peligrosas, como Staphylococcus aureus o Clostridium difficile, que pueden causar diarreas graves. El estudio recomienda como medida de precaución más segura el uso de fundas protectoras para estos dispositivos que se puedan lavar, lo que permitiría un mayor nivel de limpieza, sin dañar el aparato.
La limpieza de tabletas y teléfonos móviles no es una cuestión sencilla, puesto que muchos de los fabricantes desaconsejan expresamente el uso de productos como el alcohol o limpiadores caseros. La firma Apple, en su página web, explica que hay que “usar únicamente un paño suave y que no desprenda pelusa”, aunque también cita algunos limpiadores antibacterianos disponibles en su tienda on line, sobre cuya composición la empresa remite a los fabricantes de dichos productos.
También existen dispositivos de limpieza a base de rayos ultravioletas o aire comprimido (cuyo precio oscila entre 40 y 100 dólares), aunque la mayoría se decanta por las más baratas y sencillas fundas lavables, que permiten mantener limpias las pantallas de gérmenes.
Si bien es imposible tener absolutamente limpios y mucho menos estériles los aparatos de uso diario, es necesario tenerlos más que razonablemente limpios. Las tabletas se han convertido en compañía obligada de estudiantes y profesionales en todo el planeta; y la idea es que deben mantenerse lo más limpias posible, a fin de disminuir su carga bacteriana y así reducir su papel como reservorio de microorganismos patógenos y en algunos casos potencialmente letales.