Tratamiento | 15 DIC 14

La asenapina es eficaz y bien tolerada por los pacientes bipolares

El tratamiento inicial de los pacientes que presentan episodios de manía puede tener lugar mediante la administración de asenapina. Esta droga brinda beneficios clínicos y es bien tolerada en la mayoría de los casos.
Autor/a: Dres. Young AH, Altamura AC, Wiedemann K y colaboradores Journal of Psychopharmacology 27(S4):3-13, Abr 2013

Introducción y objetivos

De acuerdo con los criterios diagnósticos vigentes, el trastorno bipolar (TBP) tipo I se asocia con el antecedente de al menos un episodio maníaco que genera malestar y disfunción en diferentes áreas, como el trabajo y las relaciones interpersonales. En ausencia de tratamiento, un episodio maníaco puede tener una duración de 3 a 6 meses. Además, las recurrencias posteriores a este episodio son frecuentes, en tanto que la recuperación funcional sólo alcanza el 34% luego de un año de seguimiento. Debe considerarse que el TBP no tratado se asocia con riesgo elevado de suicidio.

En la actualidad se cuenta con diferentes opciones farmacológicas para el tratamiento de los pacientes con TBP tipo I. En caso de manía, se recomienda iniciar el tratamiento con un antipsicótico o un estabilizador del estado de ánimo, solos o combinados. En general, se sugiere el uso de antipsicóticos atípicos, ya que su empleo no se asocia con riesgo elevado de síntomas extrapiramidales, aunque puede provocar efectos adversos metabólicos, sedación e hiperprolactinemia, entre otros cuadros que afectan el cumplimiento terapéutico. La falta de adhesión al tratamiento es una causa frecuente de recaídas y aumenta el riesgo de internaciones y suicidios. De todos modos, aun en presencia de un nivel adecuado de cumplimiento terapéutico, los índices de remisión a largo plazo son bajos. Lo antedicho indica la necesidad de contar con drogas nuevas, eficaces y bien toleradas que permitan lograr la mejoría de las diferentes dimensiones del TBP.

La asenapina es un antipsicótico tetracíclico aprobado para el tratamiento agudo de los pacientes con TBP tipo I que cursan episodios maníacos o mixtos. Asimismo, la droga fue autorizada para el tratamiento de los pacientes adultos bipolares con manía moderada a grave o para el tratamiento de los sujetos esquizofrénicos. En casos de manía aguda bipolar, la asenapina es un agente de primera línea que puede administrarse solo o en combinación con otras drogas. Este agente se encuentra disponible en comprimidos sublinguales y actúa mediante el antagonismo de los receptores serotoninérgicos 5-HT2A y dopaminérgicos D2. Además, tiene una potencia antagonista relativamente elevada sobre los receptores alfa2 adrenérgicos que resulta beneficiosa en presencia de trastornos del estado de ánimo. La afinidad de la asenapina por los receptores serotoninérgicos, dopaminérgicos y noradrenérgicos se asocia con efectos favorables sobre los síntomas depresivos, los trastornos cognitivos y la ansiedad.

El presente estudio se llevó a cabo con el objetivo de evaluar la utilización de asenapina en la práctica clínica, brindar información pragmática sobre su empleo e identificar el tipo de pacientes que se beneficiarán en mayor medida con su administración.

Eficacia

Los resultados de 2 estudios a doble ciego y controlados con placebo, realizados en pacientes bipolares con cuadros maníacos o mixtos, permitieron apreciar una mejoría significativamente superior ante la administración de asenapina en comparación con lo observado al utilizar placebo. Esta mejoría se verificó ante la aplicación de la Young Mania Rating Scale (YMRS) y de la escala Clinical Global Impression for Bipolar Disorder (CGI-BP). La eficacia de la asenapina se mantuvo durante un período de hasta un año y fue similar en comparación con lo observado ante la administración de olanzapina.

En un estudio controlado con placebo de 12 semanas de duración, realizado en pacientes con TBP tipo I con episodios maníacos o mixtos, se evaluó la eficacia de la asenapina en combinación con el litio o el valproato. La administración de asenapina se asoció con una mejoría significativa del puntaje total de la YMRS en comparación con el placebo. Las ventajas de la asenapina tuvieron lugar en términos de respuesta y remisión y se mantuvieron luego de un año de seguimiento.

Una característica favorable de la asenapina es que no posee interacciones farmacológicas significativas. Esto es importante, ya que los pacientes bipolares generalmente presentan un nivel elevado de comorbilidades. Además, se halló que la droga tiene un inicio rápido de acción, que puede observarse desde el segundo día de tratamiento. La eficacia antimaníaca rápida es fundamental en pacientes con manía aguda bipolar, especialmente en presencia de agitación. También se destacó que la mejoría clínica brindada por la asenapina luego de 7 días de tratamiento se asocia con elevada probabilidad de respuesta terapéutica. En consecuencia, los pacientes con baja probabilidad de respuesta terapéutica a la asenapina pueden identificarse en forma precoz.

La mayoría de los pacientes con TBP tipo I presentan episodios primordialmente depresivos. Además, los síntomas depresivos pueden observarse durante los episodios maníacos. Según la información disponible, la asenapina es eficaz para controlar los síntomas depresivos desde la primera semana de tratamiento. Este hallazgo tuvo lugar ante la aplicación de la Montgomery-Åsberg Depression Rating Scale y de la escala CGI-BP-Depression. Estos beneficios sobre los síntomas depresivos no tuvieron lugar ante la administración de olanzapina.

Los episodios bipolares mixtos se asocian con evolución desfavorable, con aumento del riesgo de consumo de drogas y suicidio y con la disminución de la probabilidad de remisión. La administración de asenapina en presencia de episodios mixtos se asoció con una mejoría significativa de los síntomas maníacos y depresivos en comparación con el placebo. Esta mejoría se mantuvo durante 12 semanas. En cambio, la olanzapina no difirió en comparación con el placebo al ser administrada en pacientes con bipolaridad mixta.

La sedación a largo plazo puede observarse en pacientes con TBP tipo I y generar disfunción e incumplimiento terapéutico. Otra consecuencia negativa de la sedación es que disminuye la eficacia de la psicoterapia. No obstante, la sedación puede ser beneficiosa a corto plazo en presencia de agitación o trastornos del sueño. La asenapina sólo provoca sedación a corto plazo, posiblemente debido a que su afinidad por los receptores histaminérgicos es moderada. Lo antedicho permite suponer la utilidad de administrar la asenapina antes de dormir con el fin de disminuir las consecuencias de la sedación o mejorar el sueño.

 

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