M- health y adherencia

La telefonía móvil y la adherencia a la medicación en pacientes con VIH

Este estudio tuvo como objetivo evaluar el acceso y la voluntad de utilizar la tecnología móvil para promover la adhesión entre las personas portadoras de VIH que asisten a una clínica urbana. Por otra parte, la tecnología móvil se utiliza cada vez más para superar las barreras que limitan el acceso a la atención médica.

Autor/a: Christopher W. T. Miller and Seth Himelhoch

Fuente: AIDS Research and Treatment Vol 2013 (2013), Art ID 670525, 6 pag

La óptima adherencia a la Terapia Antirretroviral de Gran Actividad (HAART) predice fuertemente la supresión viral  del VIH  y está vinculada a la mejora de la supervivencia.

La baja adherencia a la terapia HAART en los Estados Unidos es común y aproximadamente sólo el 60% de las dosis prescritas son tomadas.

Un metaanálisis encontró que los que participaron en las intervenciones para mejorar la adherencia a HAART fueron significativamente más propensos a alcanzar el 95% de adherencia y supresión de la carga viral en comparación con la condición de control.

 

Materiales y Métodos

Diseño del estudio y muestra
Este estudio unicéntrico trató de evaluar el acceso y la voluntad de utilizar la tecnología del teléfono inteligente y móvil para promover la adhesión entre las personas que asisten a una clínica urbana VIH.

La elegibilidad para el estudio incluyó  tener un diagnóstico de VIH y asistir a la clínica el día del reclutamiento. Los posibles participantes fueron reclutados en mayo de 2012. Cien adultos en forma consecutiva con diagnóstico de VIH que asisten a la consulta externa fueron encuestados.

Todos los que participaron en el estudio lo completaron la encuesta recibieron 10 dólares para completar la encuesta del estudio.

Instrumentos de evaluación
El cuestionario del estudio evaluó el acceso y la utilización de los teléfonos móviles y la voluntad de utilizarlos para mejorar la adherencia a la medicación del VIH. Todos los datos de los pacientes fueron deidentificados, y se conservó la confidencialidad. Todos los procedimientos del estudio ocurrieron detrás de una puerta bajo llave.

La encuesta evaluó las siguientes categorías de uso del teléfono celular: (1) tomar una foto, (2) enviar o recibir mensajes de texto, (3) el acceso a Internet, (4) enviar o recibir un correo electrónico, (5) grabación de un video, (6) descargar aplicaciones, (7) buscar información de salud o médica en línea, y (8) revisar el balance de la cuenta bancaria o hacer cualquier actividad bancaria en línea.

Estas categorías se clasificaron en el cuestionario de acuerdo a los siguientes datos demográficos: sexo, edad, raza, ingresos anuales y el nivel de educación.

Se evaluó el Índice de Adherencia, mediante tres medidas de auto-reporte de cumplimiento:

  1. Frecuencia de la "dificultad en tomar medicamentos para el VIH a tiempo" (no más de dos horas antes o dos horas después de la hora que el médico indicó tomar la medicación);
  2.  Número promedio de días por semana en el que al menos una dosis de medicamentos contra el VIH no se ha tomado,
  3.  Ultima vez que olvidó o no tomó al menos una dosis de medicamentos contra el VIH"

Resultados

Características de los participantes
La edad promedio fue de 46,4 años (DE = 9.2). La mayoría de los participantes eran hombres (62,6%), negros (93,0%) e hispanos (11.4% (n = 9) e informaron que ganaban menos de $ 10,000 por año (67,3%). La mayoría se identificaron como fumadores actuales (57%). La gran mayoría informó de que está teniendo actualmente bajo HAART (83,5%)

Propiedad y utilización de los teléfonos móviles
El 96% (n = 100) informó poseer un teléfono móvil.

Entre los propietarios de teléfonos móviles, el 47,4% refirió poseer más de un dispositivo, el 75% informó que lo utiliza por un año o más, y el 81% dice usarlo entre 5 y 7 días a la semana.

Cuarenta y dos por ciento informó tener un plan de teléfono sin contrato y la mayoría informó que nunca tuvo la necesidad de dejar el servicio por no poder pagarlo (66%).

Casi todos reportaron el uso de su teléfono celular para hacer llamadas telefónicas (92%). El 59% por ciento utiliza sus teléfonos para enviar mensajes de texto. Los que reportaron el uso de mensajes de texto fueron significativamente más propensos a ser más jóvenes (42,1 años ± 9,8 frente a 51,2 años ± 7,3) en comparación con aquellos que no informaron los mensajes de texto. Ningún otro factor demográfico fue significativo en el análisis de los datos. El 34% utiliza su teléfono para buscar en Internet. Cerca de la mitad utiliza su teléfono para establecer alarmas (47%), programar eventos con un calendario (48%), y utilizar el reloj (49%).

Más de un cuarto (28,7%) informaron poseer un smartphone. Los que reportaron ser dueños de un teléfono inteligente fueron significativamente más propensos a ser más jóvenes (39,8 años ± 8,6 frente a 47,3 ± 11,6, t = 3,20, P = 0,002) y más probabilidades de tener ingresos superiores a $ 10.000 por año en comparación con aquellos con ingresos más altos (76,9 % versus 40,7%, P = 0,03). Ningún otro factor demográfico fue significativo en el análisis.

La adherencia al HAART
Respecto al tratamiento HAART, aproximadamente la mitad (n = 42) tuvo mala adherencia con un bajo índice de cumplimiento (CASE <10).

El análisis bivariado no demostró diferencias significativas en las características demográficas comparando aquellos con poca adherencia (es decir, CASE <10) a los que tienen una buena adherencia (es decir, los casos> 10).

Se pidió a todos los participantes qué evalúen cuán probable sería la posibilidad de utilizar un teléfono celular que podría recordarles cada día cuándo tomar medicamentos contra el VIH.

La gran mayoría informó (el 69%) que sería "probable" o "muy probable" que lo utilizasen.

Los que afirmaron lo anterior, fueron significativamente más propensos a haber usado su teléfono para recibir o enviar mensajes de texto (68,3% versus 33,3%, χ2 = 9,97, P <0,002), mayor probabilidad de utilizar el teléfono los siete días a la semana (71,9% versus 48,1%, test de Fisher, P <0,03), y usar su teléfono para establecer alarmas (53,9% versus 29,7%, χ2 = 3,47, P <0,04).

Discusión

Entre los participantes del estudio, se encontró que casi todos (96%) los encuestados poseían un teléfono móvil y casi la mitad (47.4%) reportaron que actualmente poseen más de un dispositivo. El 58% informó que envía o recibe mensajes de texto, esto fue algo menor al 80% de los propietarios de teléfonos celulares que se reportan a nivel nacional, los cuales utilizan su teléfono celular para enviar o recibir un mensaje de texto. Casi el 70% informó que iban a utilizar un teléfono celular para mejorar su adherencia al tratamiento. Los que consideraron que en forma muy probable o probable utilizarían un dispositivo móvil para mejorar la adherencia fueron significativamente más propensos a usar sus teléfonos diariamente (P = 0,03) y a utilizar el teléfono para mensajes de texto (P = 0,002).

El mensaje de texto ha demostrado que puede ayudar con varios aspectos de la atención en una serie de condiciones médicas (incluyendo el VIH), con una mejora demostrable en la adherencia a la medicación y en los marcadores biológicos.

Las características individuales del paciente deben ser reconocidas con el fin de maximizar las respuestas de intervención, en particular con respecto a los patrones de uso del teléfono celular.

Una limitación de los estudios de esta naturaleza es la posible dificultad de generalizar algunas de las conclusiones. Esto ha sido puesto de manifiesto por otros autores en el pasado, haciendo hincapié en los pequeños tamaños de muestra de algunos de los estudios y de la población limitada en estudio, aunque también se han producido resultados sólidos en al menos un estudio con mayor poder.

Una preocupación particular es la confidencialidad del paciente, como su teléfono celular personal puede no estar siempre en su persona, y el acceso de otras personas a los recordatorios en el dispositivo móvil puede ser un tema delicado. Esto es especialmente relevante dada la naturaleza de la enfermedad y los mensajes potencialmente reveladoras que pueden ser enviados a los pacientes.

Por otro lado, algunos autores han encontrado que la gran mayoría de los pacientes no sienten que su privacidad está siendo invadida. De cualquier manera, hay muchas opciones que se pueden utilizar para proteger mejor la privacidad del paciente. Otra limitación del estudio es que no se ha recolectado información sobre el número total de citas perdidas que el  individuo tenía hasta el inicio del estudio. Dicha información puede haber mejorado la comprensión de los comportamientos en la adhesión. Por último, no se ha recogido información sobre los factores de riesgo de VIH o marcadores biológicos (es decir, la carga viral o el recuento de CD4) de la enfermedad.

Conclusiones

De cara al futuro, la incorporación de la tecnología móvil será cada vez más accesible a la población en general.

El desarrollo de opciones interactivas, económicamente viables ha demostrado ser un campo muy prometedor, lo que podría beneficiar a una parte significativa de la población con VIH / SIDA.  Este estudio indica que el uso de teléfonos inteligentes se está convirtiendo en una realidad para este tipo de poblaciones, lo que podría abrir nuevas vías para intervenciones basadas en la tecnología, aunque es necesario continuar con la recolección de datos a través de ECA bien organizados.

Comentarios

Si bien las poblaciones del mundo más vulnerables no poseen un smarphone, el avance tecnológico y la generalización del uso de estos dispositivos nos pueden hacer pensar que no estamos lejos.

Mientras tanto, las aplicaciones y las poblaciones de estudio se centrarán en quienes tengan acceso a este tipo de tecnologías. De allí se deducir las principales limitaciones de este tipo de trabajos.

♦ Resúmen: Dr. Daniel Luna . Jefe del Dpto de Informática Hospital Italiano de Buenos Aires