Toma de decisiones clínicas

La comunicación con el paciente puede mejorar

"Cuando los médicos les manifiestan a sus pacientes el deseo de contar con su opinión, a los pacientes les agrada mucho la idea".

Por Andrew y M. y Seaman
 
(Reuters Health) - Aún queda espacio, y necesidad, para mejorar la comunicación entre los médicos y los pacientes para tomar decisiones, según demuestran cuatro estudios y un comentario publicado en JAMA Internal Medicine.
 
Y aunque no todos los pacientes aceptan la responsabilidad de participar de las decisiones terapéuticas, las organizaciones médicas promueven desde hace tiempo la idea de la atención centrada en el paciente a través de la decisión compartida y la reforma del sistema de salud que entrará en vigencia en el 2014 incorpora esa idea.
 
"Cuando los médicos les manifiestan a sus pacientes el deseo de contar con su opinión, a los pacientes les agrada mucho la idea", dijo Floyd Fowler, asesor científico senior de la Fundación para las Decisiones Médicas Informadas, de Boston.
 
Con su equipo entrevistó en el 2011 a 2.718 adultos de 40 años de Estados Unidos que en los dos últimos años habían consultado a un médico por alguno de los cinco motivos más comunes: hipertensión, colesterol, pesquisa del cáncer de próstata y de mama, y problemas de espalda y rodilla.
 
Los autores hallaron que los médicos tendían a conversar sobre los pros y contras de las cirugías, pero no de las pesquisas para detectar los cánceres o de las opciones farmacológicas para tratar la hipertensión o el colesterol elevado.
 
"Cada decisión tiene su propia dinámica e intriga que las conversaciones sobre el riesgo cardíaco no fueran tan buenas", opinó Fowler.
 
Señaló que la percepción médica de la complejidad de las cirugías de espalda y rodilla explicaría los resultados.
 
En otro estudio sobre 207 pacientes renales de dos centros de diálisis de Boston, un equipo halló que los médicos rara vez conversaban sobre el pronóstico o la posibilidad de un trasplante con los pacientes muy graves.
 
Esos pacientes tienden a tener una sobrevida a uno y cinco años similar a la de muchos pacientes oncológicos, según publica el equipo de la doctora Melissa Wachterman, especialista en cuidados paliativos del Sistema de Salud de Veteranos de Boston.
 
"Hablar sobre el pronóstico no es fácil, pero son muchos los motivos por los que los pacientes deberían tener esa información si así lo desean", agregó.
 
El equipo de Wachterman entrevistó a 60 pacientes en diálisis muy graves y a sus médicos para conocer cuáles eran las expectativas de sobrevida de esos pacientes y si habían hablado sobre el tema. Sólo dos pacientes habían conversado con sus médicos sobre su pronóstico y más de la mitad de los médicos dijo que no lo haría aun cuando el paciente lo pidiera.
 
"No ayudamos a los pacientes si no les permitimos percibir que les queda poco tiempo porque ellos tienen muchas cosas para hacer con ese tiempo que les queda por vivir", dijo Wachterman.
 
Su equipo halló también que mientras los pacientes saben si vivirán o no otro año, tendían a sobreestimar la sobrevida en el largo plazo sin la orientación médica. "Contar con este tipo de información, en el largo plazo les da esperanza y la posibilidad de planificar", agregó Wachterman.
 
Pero no todos los pacientes quieren tener un papel activo en su atención, según comentó el doctor Mack Lipkin, profesor de medicina de la Facultad de Medicina de New York University y del Hospital Bellevue, de esta ciudad, y autor de un editorial sobre las nuevas investigaciones.
 
En un estudio sobre pacientes internados, el equipo de Hyo Jung Tak, de University of Chicago, observó que la mayoría quería información sobre sus enfermedades y las opciones terapéuticas, pero más del 70 por ciento esperaba que los médicos tomaran las decisiones.
 
Además, los pacientes que preferían participar de esas decisiones, eran más costosos: pasaban un cuarto de día más en el hospital y acumulaban entre 155 y 1576 dólares extras en costos.
 
Aun así, el equipo del doctor Harlan Krumholz, de la Facultad de Medicina de Yale University, New Haven, Connecticut, halló que más de dos tercios de 7000 pacientes que habían tenido un infarto preferían participar de las decisiones. Un cuarto de ellos quería tener la última palabra.
 
En su estudio, Krumholz y colegas escriben que los médicos "que aspiren a brindar una atención centrada en el paciente" deberían preguntar de manera directa si los pacientes quieren participar de las decisiones.
 
Con esto coincidió Lipkin. "Lo primero que hay que hacer es preguntarles a los pacientes qué les gustaría saber y cómo quisieran recibir esa información. Luego, proporcionársela", sostuvo.
 
Fowler sugirió que los pacientes que así lo deseen no deberían tener temor de decirlo y espera que esa comunicación se vuelva cada vez más común porque así lo promueve la ley de reforma del sistema de salud.
 
FUENTE: JAMA Internal Medicine