El uso de Ritalina y otros fármacos para tratar el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) no influye en la posibilidad de que un niño consuma alcohol o drogas más adelante.
Un equipo reunió información de 15 estudios sobre un total de 2600 niños y adolescentes con TDAH, medicados o no con estimulantes; el seguimiento duró entre tres y 28 años. En ese período, no hubo una diferencia clara en la cantidad de participantes que comenzó a abusar del consumo de drogas o alcohol según el tipo de tratamiento.
"La evidencia científica sugiere que el riesgo de que aparezcan problemas con el alcohol o las drogas en la adolescencia o la adultez, no estaría fuertemente asociado con el uso de estimulantes en la niñez", dijo el psicólogo Steve Lee, coautor del nuevo estudio.
Eso, para Lee, significa que los padres deberían conversar más con el médico de sus hijos sobre los efectos inmediatos de los estimulantes, como los trastornos del sueño o el apetito.
Los niños con TDAH tienen más riesgo que aquellos sin el trastorno de desarrollar adicciones.