Podrían aumentar el riesgo | 24 MAY 13

Los genes y la depresión postparto

Una prueba halló que unos cambios específicos en dos genes predecían el problema con una precisión del 85 por ciento.
Las mujeres embarazadas con unas alteraciones específicas en dos genes podrían estar en mayor riesgo de sufrir de depresión tras dar a luz, sugiere un nuevo estudio de tamaño reducido.
 
Los investigadores esperan poder usar los hallazgos para desarrollar una prueba sanguínea que podría ayudarlos a detectar a las mujeres embarazadas que son vulnerables a la depresión postparto, que afecta a alrededor del 15 por ciento de las mujeres que han sido madres recientemente.
 
El estudio, que aparece en la edición del 21 de mayo de la revista Molecular Psychiatry, descubrió que unos cambios químicos específicos en dos genes predecían qué mujeres sufrirían una depresión postparto con una precisión del 85 por ciento.
 
Se sabe poco sobre los genes, llamados TTC9B y HP1BP3, pero de alguna forma están involucrados en la actividad del hipocampo del cerebro, que regula el estado de ánimo. Según la investigación con animales, ambos genes parecen ser "reactivos al estrógeno", señaló Zachary Kaminsky, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore, quien trabajó en el estudio.
 
Los hallazgos ofrecen pistas sobre qué hace que algunas mujeres sean susceptibles a la depresión postparto. Pero todavía falta mucho trabajo antes de que haya una prueba disponible, según una experta que no participó en la investigación.
 
"Este es el primer paso, pero creo que nos falta bastante para tener una prueba sanguínea", planteó la Dra. Kimberly Yonkers, profesora de psiquiatría, obstetricia y ginecología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut.
 
Dijo que el estudio fue pequeño, ya que contó solo con 51 mujeres, de las cuales más o menos una docena desarrollaron depresión en un plazo de un mes tras dar a luz, de forma que se deben validar los resultados en estudios de mayor tamaño.
 
Pero más allá de eso, Yonkers dijo que hay un problema mayor y "difícil" sobre en qué medida beneficiaría el decirles a las mujeres embarazadas que sus genes las ponen en mayor riesgo de depresión postparto.
 
"Quizás haga que las mujeres se preocupen innecesariamente", planteó Yonkers.
 
"La información es poder", dijo Kaminsky, y para algunas mujeres, saber que están en riesgo de depresión postparto puede ofrecer una oportunidad para minimizar ese riesgo. Su pareja, familiares o amigos podrían estar particularmente atentos e intervenir para aliviar parte del estrés de ser una madre nueva, por ejemplo.
 
Kaminsky reconoció que si en realidad el resultado de una prueba sanguínea provocara distrés a una mujer embarazada, eso no sería bueno. Pero apuntó que tener una prueba sanguínea como opción para las mujeres que desean tener una idea del riesgo podría resultar valioso.
 
Kaminsky y dos de sus compañeros de investigación solicitaron una patente para las pruebas de los marcadores genéticos.
 
Los hallazgos se basan en 51 mu
 

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