Por Kathryn y Doyle
NUEVA YORK (Reuters Health) - Una evaluación de las estrategias diseñadas para que los pacientes utilicen los medicamentos recetados después de salir de las salas de emergencia (ER) sugiere que ninguna logró su objetivo.
Con un experimento con casi 4.000 pacientes de ER, los autores hallaron que los paquetes de información, la asistencia personalizada y hasta el acceso a un bibliotecario de ciencias de la salud de turno para responder dudas sobre los fármacos no lograron que los pacientes repusieran más recetas o usaran los fármacos según las indicaciones al salir del hospital.
La evidencia demuestra que los pacientes que no adhieren al tratamiento evolucionan peor y terminan gastando más dinero en atención en el largo plazo, según comentó la autora principal, doctora Melissa McCarthy, especialista en políticas de salud y emergentología de George Washington University, ciudad de Washington.
La Biblioteca Nacional de Medicina creó el sitio online Medline Plus, una base de datos con información sobre fármacos, para lograr que los pacientes usen las terapias correctamente, pero se desconoce su efectividad.
El equipo de McCarthy seleccionó a 3.940 pacientes que salían de tres salas de emergencia con recetas de antibióticos o medicamentos para tratar trastornos respiratorios, cardíacos, gastrointestinales o del sistema nervioso (los productos que más se utilizan en las salas de emergencia) y dividió a los pacientes en cuatro grupos.
Uno pasó por los procedimientos hospitalarios habituales, mientras que el segundo recibió asistencia para utilizar las recetas si así lo solicitaba y el tercero accedió a información online e impresa de MedlinePlus. El cuarto grupo recibió asistencia práctica e información.
A la semana del alta de ER, el 88 por ciento de los pacientes había utilizado la receta, según constaba en los registros de farmacia. En las entrevistas telefónicas, el 48 por ciento dijo que estaba utilizando los medicamentos como se lo habían indicado. Esas cifras no variaron entre los grupos, según publica Annals of Emergency Medicine.
"La idea era lograr un proceso más centrado en el paciente, sencillo, mejor, pero no dio resultado", dijo McCarthy.
El doctor Benjamin Sun, de Oregon Health and Science University, Portland, y que no participó del estudio, opinó que un motivo por el que "la indicación de información" no funcionó sería que los médicos de las salas de emergencia no tienen una relación prolongada con los pacientes, lo que impide reforzar la necesidad de que usen los medicamentos.
Es posible también que algunos pacientes tuvieran un buen motivo para no seguir esas indicaciones, según dijo McCarthy. Al conversar con los participantes, observó que muchos no se sentían mejor y suspendían la terapia o consultaban a su médico de atención primaria inmediatamente después de salir de las salas de emergencia y recibían otras indicaciones o fármacos.
Agregó que los productos recetados en ER eran básicamente genéricos comunes, lo que significa que muchos pacientes habían oído hablar de esas terapias y no necesitaban utilizar la información extra.
Algunos participantes no habrían podido pagar los remedios aun después de que los derivaran a los programas de asistencia social. Pero el 80 por ciento de los pacientes tenía seguro de salud, por lo que los costos no habrían sido una barrera. Para los autores, los próximos estudios deberían concentrarse en grupos de pacientes más específicos.
FUENTE: Annals of Emergency Medicine