¿Qué se debe evaluar?
Dificultades auditivas:
-Comienzo de los síntomas: ¿agudo, crónico, fluctuante o recurrente?
-¿Es unilateral o bilateral?
-¿Cuál es el impacto en la comunicación diaria?: (por ejemplo: conversación de pares o en grupos)
¿Existen síntomas asociados de oídos, nariz y garganta?
- Vértigo: es una sensación de mareo o movimiento del entorno asociada o no a nauseas.
- Otorrea: ¿es purulenta o clara?
- Tinnitus
- Otalgia: otitis media o externa (¿se asocia a picazón o supuración?)
- Cabeza y cuello: ¿dolor localizado, dificultad al tragar, bultos?
- Obstrucción nasal
- Epistaxis
Factores de riesgo para enfermedad otológica:
- Infección: (de niño o en la adultez), trauma o cirugía previa.
- Historia de exposición a ruidos (incluyendo ocupacional)
- Uso de drogas ototóxicas: daño permanente por aminoglucósidos (como gentamicina) o quimioterapia (especialmente cisplatino), daño reversible por salicilatos (más común en pacientes añosos), toxicidad por quinina y dosis muy elevadas de diuréticos.
- Antecedentes personales: diabetes (duplica el riesgo), vasculitis, enfermedad autoinmune, ACV.
-Antecedentes familiares: otoesclerosis.
(ver cuadro 1)
¿Cuáles son los pasos a seguir?
Examine al paciente:
Busque cambios en la oreja, presencia de secreciones, cera, o anormalidades en la membrana timpánica.
Si hay supuración o cera y no puede observar la membrana completa, retírelos.
Si hay cera impactada, recomiende al paciente utilizar gotas de aceite de oliva durante una semana y luego realice irrigación del canal auricular (no realice este procedimiento si la membrana timpánica esta perforada o si existen antecedentes de cirugía del mastoides). Reevalúe luego del procedimiento.
Esté atento a la presencia de membrana timpánica retraída que a menudo resulta de infecciones repetidas y puede conducir a la erosión huesecillos, perforación y formación de colesteatoma. Si la membrana retraída se asocia a disminución de la audición u otorrea persistente, derive al paciente a un especialista.
Evalúe la audición del paciente mediante la prueba del susurro para ayudar a medir el nivel de pérdida de la audición y utilice el diapasón (cuadro 2).
Estas pruebas no son 100% confiables pero son útiles para guiar diagnóstico.
Evalúe los pares craneales para descartar una causa central. Una lesión en el par craneal VIII, puede afectar también a los pares V y VII, afectando la sensibilidad y motilidad facial y generando alteraciones en el gusto.
Palpe cabeza y cuello en busca de bultos y nódulos.
Cuadro 1: Pautas de alarma
Perdida de la audición de comienzo repentino o progresión rápida. -Un comienzo brusco (dentro de 72hs) de disminución de la audición en uno o en ambos oídos es una condición médica de emergencia y requiere la derivación inmediata para descartar un neurinoma del acústico. Pérdida asimétrica de la audición (con o sin tinnitus) -Excluir neurinoma acústico Antecedentes de dolor o sangrado en el oído Antecedente de trauma craneano: descartar fractura del temporal o alteración en los huesecillos. |
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