Más de 200 mil millones de dólares (EE.UU) | 05 ABR 13

Los increíbles costos de la atención de la demencia

EE. UU. gasta más en la atención de la demencia que en la enfermedad cardiaca o el cáncer, según un estudio.

La factura anual supera actualmente los 200 mil millones de dólares, sobre todo para la atención a largo plazo, señalan los investigadores.

El costo de atender a los estadounidenses con Alzheimer y otras formas de demencia podría llegar incluso a los 215 mil millones de dólares al año, más que el costo de la atención para la enfermedad cardiaca o el cáncer, halla un estudio reciente.
 
Y se espera que esa cifra aumente a medida que la población de personas mayores crezca.
 
En 2010, Estados Unidos gastó entre 157 mil millones y 215 mil millones de dólares en la atención de la demencia, reportaron los investigadores en la edición del 4 de abril de la revista New England Journal of Medicine. Esto incluye los gastos médicos directos y los costos de atender a las personas con demencia, tanto la atención profesional como los cuidados "informales" provistos por las familias.
 
La demencia es un deterioro progresivo de la memoria, la habilidad de pensamiento, el juicio y otras funciones cerebrales vitales.
 
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia, y un estudio reciente estimó que con el envejecimiento de la generación de la postguerra, el número de estadounidenses con Alzheimer podría triplicarse para 2050, alcanzando casi los 14 millones.
 
El nuevo estudio intentó hacer una "observación integral" del impacto financiero, lo que incluye los costos para los cuidadores familiares, señaló el investigador líder Michael Hurd, investigador principal de RAND, un instituto de investigación sin fines de lucro.
 
"No es una situación feliz", lamentó Hurd. "Las familias asumen muchos de los costos, y ahora mismo, no hay solución a la vista".
 
Los investigadores basaron sus estimados en un estudio del gobierno sobre los estadounidenses mayores, y en los registros de Medicare y otras fuentes de datos. De los miles de millones que se gastaron en la demencia en 2010, apenas una pequeña porción se utilizó para los tratamientos médicos, halló el estudio.
 
En vez de eso, la atención a largo plazo, ya fuera en hogares de ancianos o los cuidados en el hogar provistos por profesionales o familiares, fue el gasto más importante, conformando hasta el 84 por ciento del total.
 
Por persona, los costos eran de entre alrededor de 41,700 y 56,300 dólares, dependiendo de cómo calcularan los investigadores el costo de las atenciones de los familiares. En el primer caso, solo tomaron en cuenta los ingresos que los familiares no habían generado, y en el segundo caso, dieron al tiempo empleado por los familiares el mismo valor que los cuidados formales pagados.
 
En cuanto a quién pagaba, Medicare asumió 11 mil millones de dólares de los 215 mil millones de dólares de gastos totales, señaló el equipo de Hurd.
 
Se trata de una porción pequeña, porque Medicare por lo general no cubre los hogares de ancianos ni otras formas de atención a largo plazo. Medicaid, el programa de seguro de salud del gobierno para los pobres, lo cubre, pero solo después de que ciertos activos del paciente se han gastado.
 
"Las familias asumen gran parte de la carga", comentó el Dr. Richard Hodes, director del Instituto Nacional del Envejecimiento de EE. UU., que financió el estudio.
 
Hodes anotó que las cosas podrían ponerse más difíciles en los próximos años. Los miembros más jóvenes de la generación de la postguerra tuvieron menos hijos, en comparación con generaciones anteriores, así que junto con el aumento en el número de adultos mayores con demencia, habrá menos familiares para cuidarlos.
 
Hurd, autor del estudio, dijo que los hallazgos resaltan dos necesidades importantes: algún tipo de programa de seguro de salud que cubra la atención a largo plazo, y más investigación sobre formas de ralentizar el avance de la demencia o retrasar su inicio.
 
"Si pudiéramos retrasar el inicio de la demencia, los dividendos serían altos", aseguró Hurd.
 
Hodes, director del NIA, se mostró de acuerdo. "No tenemos un tratamiento efectivo ni una forma efectiva de prevenir la demencia", planteó. "Y hasta ahora, los resultados de los estudios han sido decepcionantes, por decir lo menos".
 
Pero hay ensayos clínicos en curso, que estudian tanto medicamentos como otros métodos (por ejemplo, el ejercicio) para ponerle freno a la demencia.
 
"Hay motivos de esperanza y optimismo", dijo Hodes.
 
Hurd señaló que la demencia podría ya tener un impacto económico más grande que la enfermedad cardiaca y el cáncer, que en 2010 costaron al país, respectivamente, 102 y 77 mil millones de dólares.
 
Esos estimados no incluyen los costos de los cuidados familiares, apuntó Hurd. "Pero es probable que sean más bajos, en comparación con la demencia", añadió.
 
Tanto Hurd como Hodes enfatizaron que este estudio solo observó un aspecto de la atención de la demencia, el económico. "Calculamos el costo monetario", planteó Hurd. "Esto no dice nada sobre el inmenso costo emocional para las familias".
 
FUENTES: Michael Hurd, Ph.D., senior principal researcher, RAND Center for the Study of Aging, Santa Monica, Calif.; Richard Hodes, M.D., director, U.S. National Institute on Aging; April 4, 2013, New England Journal of Medicine.

 

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