¿Cómo afecta el Mundial de Fútbol de Brasil a la salud de la región?

A diferencia de cualquier región del mundo, América Latina es la que está mejor blindada frente a enfermedades como el sarampión, la rubéola, el síndrome de rubéola congénita y la poliomielitis, que en otros tiempos fueron las principales causas de muerte de niños. La clave: las fuertes políticas de vacunación que desde fines de la década de 1970 estos países han venido adoptando, por su cuenta, y con el apoyo de la Organización Panamericana para la Salud (OPS).

A diferencia de cualquier región del mundo, América Latina es la que está mejor blindada frente a enfermedades como el sarampión, la rubéola, el síndrome de rubéola congénita y la poliomielitis, que en otros tiempos fueron las principales causas de muerte de niños. La clave: las fuertes políticas de vacunación que desde fines de la década de 1970 estos países han venido adoptando, por su cuenta, y con el apoyo de la Organización Panamericana para la Salud (OPS).

¿Pero qué sucede cuando en un solo país se congrega humanos de al menos 50 nacionalidades para compartir calles y estadios de fútbol?

Según la coordinadora del Programa Ampliado de Inmunización en las Américas, la epidemióloga Lúcia Helena de Oliveira, “es un hecho que Brasil y los países de sus fronteras tendrán casos de importación de virus sobre los que tendrán que prepararse para actuar”.

“El Mundial de Fútbol convoca a muchas personas en pocos lugares y brinda la oportunidad de que regresen estas enfermedades al continente, aun cuando hoy estén erradicadas.

En el caso de África 2010, algunos jugadores latinoamericanos que participaron del torneo regresaron portando algunos de los virus que provocan estas enfermedades”, concluye Oliveira. En lo que respecta a Brasil, el panorama merece atención si se tiene en cuenta que durante el Mundial de África 2010 concurrieron a los estadios alrededor de 3.500.000 espectadores.

En el caso del sarampión, los programas de inmunización lograron que desde 1980 el número de muertes en el mundo pasara de 4,2 millones anuales a 853.000 en 2010, con una reducción de 80%. Para el año 2002 la región de las Américas había declarado erradicada la enfermedad en el continente, mientras que en algunas zonas pobres de África, Asia y el Mediterráneo Oriental el sarampión sigue siendo muy frecuente, reportando al año a más de 20 millones de personas afectadas. Sin embargo, en 2011, se registraron 171 brotes causados por virus del sarampión importados, los que generaron transmisiones persistentes en al menos tres países (Canadá, Ecuador y Brasil). Estos brotes de sarampión importado representan un riesgo para el logro alcanzado por la región.

Pero hay que tener cuidado con el regreso de éste y otros virus, pues en los próximos años, la región de las Américas será sede de una serie de eventos internacionales, como la Copa Mundial de Fútbol 2014 en Brasil y las Olimpiadas en 2016, que encienden las alertas ante la posibilidad del ingreso de personas infectadas de otras regiones que puedan generar brotes, y que traerían costos económicos de hasta 10.000 dólares por caso, según la Organización Mundial de la Salud.

“La región sigue estando expuesta dada la importación de casos de otras regiones del mundo que pueden causar brotes, lo que representa un riesgo para el mantenimiento de la eliminación de estas enfermedades”, explica la Gerente del Área Salud de la Familia y la Comunidad de la OPS/OMS, Gina Tambini.

Es por eso que desde este año todos los países del continente que tienen presencia de la Organización Panamericana para la Salud pondrán en marcha un plan de acción de emergencia para evitar la reintroducción de estas enfermedades. Con la estrategia, que incluye poner en marchas campañas de vacunación de adultos que estén pensando en viajar al Mundial de Fútbol en Brasil, monitorear los sistemas de vigilancia del sarampión y la rubéola para aumentar su eficiencia en la detección y notificación de casos e incluir al sector privado en la vigilancia, se espera también garantizar medidas oportunas para dar respuesta a brotes por virus importados que ocurran en los próximos años.