Por la moda de la depilación completa | 23 ENE 13

¿La ladilla en peligro de extinción?

“Antes eran muy comunes; hoy rara vez es posible ver una ladilla”.

La ladilla (Pthirus pubis), cuya presencia acompaña a la humanidad desde sus orígenes, y que ha servido como material imprescindible en las historias tragicómicas de sexo, se está incorporando rápidamente a la lista de especies en peligro. La razón: la explosiva popularización de la depilación completa.

La moda habría comenzado en las playas brasileñas en una fecha indeterminada y su popularización llega en la década de 1990 de mano de 7 hermanas de esa nacionalidad que tenían un salón de depilación en Manhattan, New York. Se trata del negocio llamado “J Sisters”, que entre sus clientes cuenta con actrices como Sarah Jessica Parker.

Desde entonces este tipo de depilación se la realizan más del 80% de las estudiantes universitarias de Estados Unidos y un núme-ro cada vez más creciente en los países occidentales. Uno de ellos es Australia, donde la principal clínica de salud sexual no ha encontrado una mujer con ladillas desde el año 2008, mientras que los casos de hombres con este molesto parásito han disminuido hasta en un 80%.

Cada vez más exóticas

“Antes eran muy comunes; hoy rara vez es posible ver una ladilla”, explicó el Dr. Basil Donovan, del Instituto Kirby de salud sexual de la universidad de South Whales, quien además se desempeña en el instituto de Salud Sexual de Sidney.

Sin duda la depilación total, que a todas luces se ha visto favorecida por la industria del porno –donde el vello púbico ha ido desapareciendo paulatinamente, pasando desde el “afro” de la década de 1970 hasta la depilación completa actual–, ha significado una interesante manera de combatir a estos indeseables parásitos, que estaban entre las más contagiosas infecciones de transmisión sexual.

Pese a que no están asociadas a la transmisión de enfermedades sexuales –son una indeseable infección en sí mismas–, durante décadas se usaron insecticidas tópicos para combatirlas, sobre todo para evitar la molesta picazón e irritación que generan. Algunos de estos insecticidas eran bastante tóxicos y su uso se masificó durante la Segunda Guerra Mundial.

Negocio millonario

El negocio de la depilación generó ganancias de $4.600 millones de dólares durante el año 2012, según datos de Euromonitor International Ltd. Esto gracias a que la mayoría de hombres y mujeres en Estados Unidos remueven gran parte, sino la totalidad, de su vello púbico. Así lo indica un estudio realizado por el Kenyon College de Gambier, Ohio (Estados Unidos) y otras investigaciones en Inglaterra, donde 99% de las mujeres mayores de 16 años remueven su vello corporal incluyendo axilas, piernas y el área púbica.

Testigos y protagonistas de este crecimiento son las hermanas Jonice, Jocely, Janea, Joyce, Juracy, Jussara, Judeseia y Jonice Padilha, que popularizaron la moda en desde su local ubicado a una cuadra de la Quinta Avenida, en New York. Provenientes de la ciudad de Vitoria, en la costa brasileña, estaban acostumbradas a retirar sus vellos con cera para poder ir cómodas a la playa.

En 1994 introdujeron una técnica de depilación en su salón “J Sisters” y las cifras estallaron. Hoy atienden a cerca de 200 clientes al día, incluyendo hombres y mujeres que llegan a “hacerse” la depilación completa, así como innovadores diseños. Las mujeres pagan 75 dólares por una depilación completa tradicional, mientras que los hombres desembolsan hasta 90 dólares por el estilo “Sunga”, que incluye la remoción de vello púbico y el vello en los testículos. Las razones que dan todos: comodidad, higiene y estética.

Un drama ecológico

“La depilación íntima ha llevado a una severa disminución de las ladillas”, observa Ian F. Burgess, entomólogo de la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Según un estudio anterior de la Universidad de East Carolina, Phthrius pubis ha infectado a entre 2 y 10% de la humanidad.

Las cifras, sin embargo, son esquivas porque, por un lado, la Organización Mundial de la Salud no guarda mayor información, debido a que los bichos no significan peligro de enfermedad. A esto se suma el hecho de que muchos de los afectados prefieren guardar silencio sobre su experiencia con las ladillas.

Al respecto, Janet Wilson, consultora de salud sexual y VIH en la Universidad de Leeds, Inglaterra, hizo un seguimiento de la masificación de esta moda en depilación. Tras años de observación, presentarán un estudio en mayo y por el momento puede afirmar que existe una “destrucción del hábitat de la ladilla, que se está transformando en una especie en peligro”.

Pese a que para algunos la desaparición de este “hábitat” puede sonar positivo, la depilación y el afeitado pueden generar traumas en la piel, ya que se remueve una importante capa protectora.

El riesgo se incrementa en caso de usar ceras y productos no estériles, como fue el caso de una mujer de 20 años en Australia que tenía una diabetes mal controlada y, al depilarse con cera, terminó en el hospital con una severa infección. A ello se suman los famosos pelos “encarnados”, que pueden significar un caldo de cultivo para los patógenos.

 

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