Posibilidades terapéuticas | 31 DIC 12

Síndrome premenstrual y trastorno disfórico premenstrual

Debido a que la etiología del síndrome premenstrual y el trastorno disfórico premenstrual no es clara, el objetivo del tratamiento es la disminución de los síntomas; en consecuencia, existen varias estrategias de tratamiento farmacológico y no farmacológico.
Autor/a: Dres. Biggs W, Demuth R American Family Physician 84(8):918-924, Oct 2011

Introducción

El síndrome premenstrual (SPM) se diagnostica clínicamente cuando ciertos síntomas afectan algún aspecto de la vida de la mujer. Esto debe suceder sólo en la fase lútea de la menstruación, una semana antes del ciclo menstrual; asimismo, no debe haber otro diagnóstico que explique mejor los síntomas. Los síntomas asociados con el SPM y con el trastorno disfórico premenstrual (TDPM) son físicos, psicológicos y de conducta; por ejemplo, entre los síntomas físicos se encuentran la fatiga, las náuseas, las cefaleas y el aumento de peso, y entre los trastornos psicológicos y de conducta, la irritabilidad, la alteración de la libido y el ánimo depresivo, entre otros. En el TDPM, los síntomas son más graves y afectan aún más la vida social y laboral de la paciente. Estos cuadros pueden presentarse en cada ciclo ovulatorio hasta la menopausia. De todas maneras, los expertos destacan que la gravedad y la frecuencia de los síntomas pueden variar con el tiempo. Los síntomas duran, en promedio, 6 días cada mes, con un pico de intensidad entre los dos días previos y un día después del flujo menstrual. Tanto el SPM como el TDPM afectan negativamente las relaciones, la asistencia al trabajo, la productividad y los costos en salud.
 
Epidemiología

Hasta el 80% de las mujeres manifiesta síntomas físicos, psicológicos o de conducta durante la fase lútea del ciclo menstrual; de todas maneras, no experimentan una alteración sustancial que afecte su desempeño diario. En cambio, en el SPM, en el que las mujeres presentan síntomas de leves a moderados, afecta entre un 20% y un 32% de las mujeres en edad fértil. En el TDPM, donde los síntomas son más graves, la variación es de un 3% a 8%. Igualmente, este porcentaje se modifica según los estudios realizados y la definición considerada para la enfermedad.

Etiología

No hay una causa definitiva de estos cuadros, pero sí existen muchas teorías. Las mujeres con SPM y TDPM parecen ser fisiológicamente más sensibles y presentan más síntomas con niveles normales de estrógenos y progesterona en su ciclo. Los síntomas premenstruales pueden variar cuando la mujer alcanza la menopausia; de todas maneras, los autores advierten que las mujeres que presentaron SPM tienen mayor riesgo de presentar síntomas de la menopausia asociados con las fluctuaciones de los niveles hormonales. Estos incluyen, por ejemplo, ánimo depresivo, sofocos, descanso no reparador y disminución de la libido. Los aumentos de la aldosterona y la renina plasmática parecen los mecanismos asociados con la retención de líquidos y con la hinchazón en el SPM y el TDPM; asimismo, los neurotransmisores, especialmente la serotonina y el ácido gamma-aminobutírico, estarían involucrados en estos cuadros. Según los investigadores, los estudios con gemelos sugieren una predisposición genética.

Diagnóstico

Los antecedentes clínicos son claves para el diagnóstico. Otros trastornos afectivos, como la depresión y la ansiedad, pueden presentar una alteración en el ciclo premenstrual, pero en esos cuadros afectivos no hay un intervalo de tiempo libre de síntomas durante la mitad de la fase folicular (días 6 a 10 del ciclo menstrual). Este último punto es necesario para el diagnóstico del SPM y el TDPM. Algunas alteraciones médicas o ginecológicas pueden replicar síntomas físicos como el SPM; por ejemplo, el hipotiroidismo, la anemia, la endometriosis y el síndrome de ovarios poliquísticos.

El American College of Obstetricians and Gynecologists sugiere realizar el diagnóstico de SPM basado en un diario prospectivo de síntomas; en éste, las pacientes registran los síntomas que presentan en el ciclo, que pueden corresponderse con los utilizados como criterio diagnóstico en la cuarta edición revisada del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-R).

Tratamiento

Debido a que la etiología del SPM y el TDPM no es clara, el objetivo del tratamiento reside en la disminución de los síntomas. La mayoría de las estrategias de tratamiento actúa sobre las posibles causas fisiológicas de éstos, como las variaciones hormonales durante el ciclo menstrual o los neurotransmisores del sistema nervioso central, como la serotonina, que alteran el estado de ánimo.

Tratamiento no farmacológico
Modificaciones en el estilo de vida. Se debe recomendar la dieta y el ejercicio para una mejoría en la salud, pero no hay evidencia de que esto mejore específicamente los síntomas del SPM y el TDPM. De todas maneras, la incorporación de calcio y de vitamina D a la dieta podría desempeñar un papel importante en ambos trastornos, señalan los autores. En un estudio previo, los investigadores demostraron que las mujeres que recibieron 1 200 mg por día de calcio suplementario a su dieta, durante 3 ciclos menstruales, obtuvieron una reducción importante de los síntomas en el segundo y en el tercer ciclo, en comparación con el placebo. Por lo tanto, el suplemento o una mayor ingesta de calcio y vitamina D pueden considerarse para la reducción de los síntomas en mujeres con SPM o TDPM.

 

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