Subjetividad vs evidencias | 23 NOV 12

El uso de complementos es común entre los estadounidenses

Pero, al parecer, la demanda es generada por la percepción subjetiva, en lugar de por disponer de evidencias sólidas, afirman los investigadores.

Una nueva encuesta estima que una de cada siete personas en Estados Unidos consume de forma regular complementos que no son ni vitaminas ni minerales (como aceite de pescado, equinácea o ginseng), pero solo en el 30 por ciento de los casos fueron recomendados por un médico o enfermera.
 
Alrededor de un tercio de los consumidores de complementos no han avisado a sus médicos, aunque los estén tomando para un problema de salud potencialmente grave, como la hipertensión, la artritis o la depresión, halló la encuesta.

"Los clínicos a menudo tratan esas cosas con tratamientos más complejos", comentó Robert Blendon, profesor de políticas de salud en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard y coautor de una carta publicada en la edición del 19 de noviembre de la revista Archives of Internal Medicine. "Tienen que ser conscientes de que las personas los están usando como forma de tratamiento".
 
Aunque el consumo de complementos es común, se sabe poco sobre las razones por las que las personas toman estas cápsulas, siropes y tabletas, aseguraron los investigadores. Para cubrir esta carencia, realizaron una encuesta a casi 1,600 personas en Estados Unidos en 2011, y consideraron las respuestas de tal modo que los datos demográficos del grupo reflejaran los de todo el país.
 
El 38 por ciento de los encuestados aseguraron haber tomado complementos (aunque no vitaminas ni minerales) en los últimos dos años, y el 14 por ciento afirmó haberlo hecho de forma regular.
 
Las razones más habituales para tomar estos complementos eran: para sentirse mejor, aumentar su nivel de energía y estimular el sistema inmunológico. En menor medida, algunos encuestados aseguraron que tomaban los complementos para el tratamiento de problemas digestivos (el 28 por ciento), aliviar el dolor (el 26 por ciento), bajar el colesterol (el 21 por ciento) o la presión arterial (el 16 por ciento), o para mejorar el estado de ánimo o la depresión (el 12 por ciento).
 
Los complementos usados con más frecuencia eran las cápsulas de aceite de pescado. Alrededor de uno de cada cuatro encuestados afirmó que había tomado aceite de pescado o complementos con omega-3 en los últimos dos años.
 
Los autores observaron que, al parecer, mucha gente tomaba complementos por la percepción que tenían de los beneficios, en lugar de basarse en evidencias cuantificables y derivadas de la investigación. Incluso en el caso de existir un estudio financiado por el gobierno en contra de las reivindicaciones de los fabricantes de complementos, un cuarto de los encuestados dijeron que no le harían caso. Y más del 80 por ciento afirmó que era importante tener acceso a los complementos.
 
En el estudio no se investigaron ni los beneficios ni los daños potenciales del uso de los complementos. "Nos interesaba más saber por qué los estaban tomando", comentó Blendon.
 
Sin embargo, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU. advierte que aunque los complementos pueden estimular la salud, también pueden traer complicaciones, algunas incluso con el riesgo de perder la vida. Por ejemplo, tomarlos junto con medicamentos recetados o de venta libre puede causar interacciones graves.

 

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