Incrementa el riesgo de infarto de miocardio

Perder el trabajo

Los infartos son más comunes en los desempleados.

NUEVA YORK (Reuters Health) - Un estudio sugiere que las personas que acaban de perder su trabajo serían más propensas a tener un infarto que quienes siguen empleados.

En un grupo de más de 13.000 adultos mayores, los autores del estudio observaron que cada pérdida laboral sucesiva estaba asociada con un aumento del riesgo de padecer trastornos cardiacos. Aun así, se desconoce si o cómo el desempleo habría provocado los infartos extras.

Matthew Dupre, del Instituto de Investigación Clínica de Duke, Durham, Carolina del Norte, opinó que la causa sería una combinación de estrés, un peor estilo de vida y la falta de cobertura de salud para sobrellevar enfermedades crónicas.

"Las personas sin empleo no podrían controlar la presión alta o la diabetes (con sus medicamentos habituales) o exacerbarían el tabaquismo", enumeró Dupre.

Los resultados surgen de un estudio de Estados Unidos sobre 13.451 adultos entrevistados con intervalo de un año, durante 12 años, sobre la salud, el estilo de vida y experiencias como el empleo o el desempleo.

Los participantes tenían unos 55 años al inicio del estudio y dos tercios tenían sobrepeso u obesidad. Uno de cada siete entrevistados estaba desempleado al inicio del estudio.

Durante la investigación, 1.061 participantes (8 por ciento) tuvo un infarto.

El equipo de Dupre observó que el desempleo estaba asociado con un 35 por ciento más riesgo de tener un infarto tras considerar los efectos de la pobreza, la educación, la etnia, la edad y otros factores de riesgo cardíaco.

"No nos sorprendió encontrar esa asociación, pero sí nos impactó ver la larga duración de sus efectos, al mismo nivel que los factores de riesgo clásicos, como la hipertensión o la diabetes -explicó Dupre-. Las asociaciones son sólidas y se mantienen aun tras considerar muchas otras posibles explicaciones".

Los participantes eran especialmente propensos a tener un infarto durante el primer año que estaban desempleados, según publica el equipo en Archives of Internal Medicine.

Los CDC estiman que anualmente 900.000 estadounidenses tienen un infarto.

Para Dupre, las personas que acaban de perder el trabajo y los médicos que los atienden deberían tomar conciencia de este aumento del riesgo cardíaco y prestar especial atención a los signos y síntomas del infarto.

El autor de un comentario publicado con el estudio opinó que se necesitan más estudios para comprender por qué el desempleo afecta la salud y cuáles son los grupos de riesgo. Estudios previos habían demostrado "una relación bastante convincente entre la pérdida del trabajo y los problemas de salud", dijo William Gallo, de City University of New York.

Aun así, escribe: "Peor aún es la ausencia de estudios sobre por qué y cómo la exposición a un factor socioeconómico, como es la pérdida del trabajo, influye en la salud".

FUENTE: Archives of Internal Medicine, online 19 de noviembre del 2012.