Fin de semana decisivo en el fútbol, opinan los médicos | 23 JUN 12

El peligroso estrés de ser hincha

Con los ascensos, descensos y títulos en juego crecen la angustia y el riesgo cardíaco.

Por Sebastián A. Ríos

Miguel es psiquiatra. Pero también es de Boca. Fanático. Por eso la posibilidad de que mañana su equipo se corone campeón ha alterado su cotidianidad. No sólo sufre desde hace unos días síntomas como ansiedad, problemas para dormir, dolor de cabeza e irritabilidad, sino que la incapacidad de concentrarse en lo que le dicen sus pacientes en la consulta lo llevó a cancelar todos los turnos de esta semana decisiva. Es más: desde hace unos días, el psiquiatra xeneize está medicado con ansiolíticos.

 El doctor Eduardo Isern (centro), junto con integrantes de su equipo, practica el uso de un desfibrilador cardíaco en el estadio de Quilmes. Foto: LA NACION / Emiliano Lasalvia

El trance de Miguel -pidió no revelar su apellido- es el de muchos hinchas de fútbol, ya que entre hoy y mañana se juegan 13 partidos en los que se definirán títulos, ascensos, descensos y promociones. En suma, están dados todos los condimentos para que sea éste un fin de semana, más allá de la frase hecha, no apto para cardíacos. En sentido literal.

"Tenemos que entender al evento de fútbol como un episodio de alto estrés, y el riesgo de presentar un problema cardiovascular durante un episodio de estrés es dos veces más alto. Por lo tanto, si en un estadio de fútbol tenemos 50.000 personas, la posibilidad de padecer un problema cardíaco es la mismo que con 100.000 personas sin estrés", dijo a LA NACION Eduardo Isern, director médico del Grupo Ayuda Médica, que da cobertura en canchas de fútbol. El estrés que vive el hincha durante un partido decisivo es capaz de desencadenar en individuos predispuestos -pacientes cardíacos, fumadores, con exceso de peso, etcétera- una serie de procesos biológicos (mayor coagulación de la sangre, y aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca) que pueden culminar en un evento cardiovascular.

"El hincha de fútbol tiene otra característica agravante, que son las agresiones al organismo que muchos realizan durante el evento: ayuno prolongado, posibles deshidrataciones por la baja ingesta de líquidos y la transpiración abundante, fumar tabaco exageradamente, tomar bebidas alcohólicas y consumir drogas prohibidas son causa de hipotensión arterial y de desequilibrios electrolíticos que pueden desencadenar arritmias y muertes súbitas."

Este peligro siempre latente es el que ha llevado a la instalación de desfibriladores en estadios deportivos, equipos que permiten revertir arritmias potencialmente fatales. El 14 de junio último, durante el partido Boca-Universidad de Chile, un joven de 29 años sufrió un episodio de muerte súbita en la popular, y pudo ser "desfibrilado" por la pronta atención del equipo que comanda Isern.

Locos por la camiseta

Quien recuerda haber sido víctima de su "locura" por el fúbtol es el cineasta Sergio Renán. "En una ocación, me desmayé a un minuto de comenzado el juego, por un gol de River, y me desperté media hora después en la enfermería del estadio", contó este hincha de Racing, que asegura que hoy trata de vivir el fútbol de una "manera más civilizada", pero que no siempre lo logra.

 Gerardo Rodríguez vino de Chaco para ver a River; si asciende, se afeita. Foto: LA NACION / Ignacio Colo

"El hincha se proyecta en esos 11 jugadores que lo representan a uno -se explicó Renán-; es algo que se vive como si uno fuera el protagonista."

Se es protagonista, pero la verdadera capacidad para influir sobre el marcador está fuera de su alcance. "El estrés puede ser muy grande para quienes tienen mucha pasión depositada en el fúbtol, y es una situación que se ve agravada porque está fuera del control de la persona -comentó el licenciado Eduardo Cazabat, presidente de la Sociedad Argentina de Psicotrauma-. En toda situación en la que la persona puede influir, el estrés es menor. Pero aquí el hincha que está mirando el partido depende exclusivamente de los 22 jugarores, y en parte del árbitro."

Y cuando los resultados no son los esperados, el problema se agrava, asegura el doctor Alberto Alves de Lima, director de Docencia e Investigación del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA). "Nosotros estamos cerca de la cancha de River, y recuerdo muchos episodios [cardiovasculares], siempre vinculados a la angustia de la derrota. Personas que viendo que su equipo no andaba empiezan a sentir los síntomas cardiovasculares clásicos: dolor de pecho, malestar general, sudoración..."

 

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