30 de Mayo | 29 MAY 12

Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos

El 30 de mayo en Argentina se conmemora el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos bajo el lema “Soy donante y se lo digo al mundo”. Lea las conmovedoras historias de los coelgas procuradores.
Autor/a: INCUCAI 
Relatos conmovedores

El gesto anónimo y solidario de las familias donantes y de los médicos procuradores. Emocionantes relatos de  historias reales por la Dra. Cecilia Preyra*

A los 17 años para muchos la vida está comenzando. Cualquiera diría que a esa edad todo es disfrutar y proyectar, pero no siempre es así. El muchacho que ingresó esa mañana a la Terapia Intensiva había tomado una decisión drástica e incomprensible. Era un chico delgado, mediana estatura, tez blanca que intentó suicidarse con un arma de la familia. La lesión anatómica cerebral era irreversible y en pocas horas el diagnóstico estaba confirmado: muerte encefálica.

Uno se puede acostumbrar en esta profesión al drama, a la tragedia, a los accidentes pero cuando los protagonistas son personas jóvenes, el corazón late distinto, el cuerpo no está cansado y la mente quiere buscar en el conocimiento y en la experiencia alguna manera para torcer el rumbo. Pero ésa vez no fue posible.

El operativo para mantenimiento del potencial donante había comenzado. Una vez más éramos varias personas tanto en el hospital como en la base operativa que empezábamos un largo camino con un único objetivo: lograr transformar que una situación de tanto dolor se pueda transformar en algo mejor. Uno de los momentos más difíciles en todo este proceso es la entrevista familiar. ¿Cómo hablar con un familiar en ese momento? ¿ Qué palabras usar para que el sacudón de la noticia no sea de tanta magnitud?

Sólo tengo retazos de esa charla. Recuerdo una habitación con algunas sillas, dos o tres personas sentadas, un hombre se presentó como el papá del muchacho y otras dos mujeres como sus tías. Cerré los ojos, respiré hondo e intenté hablar lo más pausado posible porque sabía que cada palabra que saliera de mi boca iba a generar muchas emociones y sensaciones en los que me estaban escuchando…

-          “ Dra, yo aún no encuentro una explicación para lo que hizo mi hijo. Yo lo crié con valores, les enseñé que a veces las cosas cuestan sacrificio, pero se pueden lograr… Yo no logro entender lo que está sucediendo”.

-          “Dígame Sr, ¿la mamá de su hijo está enterada de toda esta situación?”

-          “La madre NO ESTÁ. Yo soy quien he criado a mis 4 hijos desde que eran chiquitos. No sé porqué mi hijo tomó esa decisión pero era un chico sano, fuerte, de un gran corazón así que si es posible hacer algo en estos momentos, cuenten con mi autorización para llevarlo adelante.”

Hay palabras y frases que al escucharlas retumban en nuestros oídos, ese hombre que tenía enfrente mío me mostraba con los hechos lo que significaba tener fortaleza y entereza. Casi siempre debo contener las lágrimas de la emoción que me genera mirar a los ojos a personas tan grandes que me hacen sentir tan pequeña.

Todo parecía marchar acorde a las circunstancias. Pero una noticia nos cambió el panorama. La mamá de este muchacho no había “fallecido” como la gran mayoría de nosotros había entendido con la frase del padre. Y ahí la cuestión legal cobró una magnitud inesperada. Se requeria para la autorización la firma tanto del padre como de la madre.

Daba vueltas alrededor del star médico, ¿cómo hacer para resolver ésta situación? Caminaba una y otra vez por el pasillo de la terapia intensiva recordando cada una de las palabras de la charla con el padre. Una de las tías se encontraba al lado de la cama del paciente. Estaba en silencio, tomándole la mano, despidiéndose. Me acerqué, no sabía qué decirle, no hizo falta, ella comenzó a hablar:

-          “Yo tengo un hijo 2 años menor que él. No sé cómo vamos a afrontar toda esta situación. Ud Dra, ¿tiene hijos?”

-          “No, no tengo”

-          “ Yo tengo que decirle algo… pero no podía hacerlo antes porque estaba mi hermano...”

-          “Digame Sra, ahora estamos solas”

-          “Yo soy madre, no puedo imaginar lo que sentiría si pierdo a uno de mis hijos y por eso que quiero decirle algo... no me animo.. pero debo hacerlo...”

-          “Sra, tranquilícese, sólo hable con la mayor libertad, yo sólo voy a escucharla”

-          “Dra, yo sé donde vive la MADRE, yo sé donde podemos ubicarla. Mi hermano sufrió muchísimo por lo que pasó entre ellos, pero yo soy madre y no puedo callar más.” 

Lo que siguió a esa charla fue algo inexplicable. El reloj marcaba las 3 de la madrugada, una mujer tocó el timbre de la puerta de la sala de la Terapia intensiva. Estaba sola, caminaba despacio, sus ojos estaban llenos de lágrimas con un llanto enmudecido. Sin levantar la vista del piso se acercó a la cama del paciente. Fue un momento triste, de soledad y desamparo. Las enfermeras de esa noche estaban perplejas, ellas son las que marcan el compás de la emoción. Cuando las miré sólo veía rostros emocionados. Si pudiéramos recordar un poquito de esa soledad y desamparo que alguna vez uno experimenta era insignificante comparado a lo que estaba viviendo esa mujer.

Las 4 horas que separaban hasta que amaneciera esa mujer estuvo al lado de la cama de su hijo. Tal vez diciéndole lo que nunca le había podido decir ó no se había animado a contarle. 

Pero llegó el momento del encuentro que faltaba.Todo este operativo había superado cualquier otro anterior, ya no sabia cuál iba a ser el desenlace final.

-          “Miren, esta situación ha sido inesperada tanto en lo profesional como en lo humano. Han pasado muchas cosas en estas ultimas 24 horas”

-          “Si, Dra. Yo no supe explicarme bien cuando Ud me preguntó dónde estaba la madre de mi hijo. Por mi mente estaban pasando tantas cosas juntas...”

 

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