Contra el tétanos y la tos convulsa

Asocian el uso de una vacuna combinada con convulsiones febriles

Los resultados no deberían hacer que los padres eviten utilizar la vacuna combinada, ya que "son tranquilizadores".

Por Genevra y Pittman

NUEVA YORK (Reuters Health) - Los bebés que recibieron una sola dosis de la vacuna contra el tétanos y la tos convulsa tuvieron alto riesgo de padecer convulsiones febriles el día de la aplicación, según demuestra un nuevo estudio publicado en Dinamarca.

Pero los autores dicen que la posibilidad de tener esos ataques fue baja y que los niños que los tuvieron no fueron más propensos a desarrollar epilepsia que los que no habían sido vacunados.

Sin embargo, según un experto ajeno al estudio, los resultados no deberían hacer que los padres eviten utilizar la vacuna combinada, ya que "son tranquilizadores".

Los Institutos Nacionales de Salud estiman que uno de cada 25 niños tendrá por lo menos una convulsión febril, ataques pasajeros sin daños permanentes y comunes en los bebés.

En el estudio, los autores siguieron a 380.000 bebés nacidos en Dinamarca entre el 2003 y el 2008 a través de los informes de sus pediatras a los registros nacionales de salud.

En ese país, el calendario de vacunación incluye la administración a los tres, cinco y 12 meses de edad de una vacuna combinada contra la difteria, el tétanos, la tos convulsa (pertussis), la polio y la influenza tipo 2. La vacuna se conoce como DTap-IPV-Hib, por sus siglas en inglés. En Estados Unidos se utilizan combinaciones similares.

El equipo de Yuelian Sun, de Aarhus University, halló que 7800 niños (alrededor del 2 por ciento) habían tenido una convulsión cuando tenían un año y medio. Nueve bebés habían tenido una convulsión febril el día de la primera dosis de la vacuna combinada; 12 la habían tenido después de la segunda dosis, y 27, el mismo día de la tercera dosis.

Esto de entre 300.000-340.000 niños que recibieron todas las vacunas recomendadas.

El riesgo de tener una convulsión el día de la aplicación de la primera dosis fue seis veces más alto que el esperado y cuatro veces más alto después de la segunda dosis.

Pero ese riesgo disminuyó por debajo del nivel esperado a los pocos días de la vacunación, aunque los bebés eran más propensos a tener una convulsión febril durante la semana posterior a la aplicación de la vacuna que en cualquier otra semana.

Hasta siete años después de la vacunación, los niños no estuvieron más expuestos que lo habitual a la posibilidad de que se les diagnosticara epilepsia, según precisa el equipo en Journal of the American Medical Association.

Alrededor de 2.200 de los más de 300.000 niños participantes, incluidos unos 7.000 que no habían recibido la vacuna combinada, desarrollaron epilepsia durante el estudio.

"La buena noticia de nuestro estudio es que no hallamos un aumento del riesgo de epilepsia", que es más grave que las convulsiones febriles y puede causar daños cerebrales, dijo Sun.

El doctor Eugene Shapiro, pediatra e infectólogo de Yale University, New Haven, destacó que el riesgo absoluto de que un bebé tenga una convulsión febril el día de la vacunación es "muy bajo" y sin un aumento de la posibilidad de desarrollar trastornos convulsivos.

"No es un signo de daño cerebral", dijo Shapiro, que no participó del estudio. "No modifica el riesgo individual de desarrollar epilepsia".

Para Sun, los bebés que tuvieron una convulsión febril el día de la vacunación podrían haber sido genéticamente propensos a sufrir ese ataque y lo habrían tenido aun sin ser vacunados.

"El otro punto es que hay niños que están muriendo por tos convulsa", señaló Shapiro al referirse a brotes recientes en California. "Definitivamente, no hay motivo para que los niños no reciban la vacuna y este estudio debería tranquilizarnos", finalizó.

FUENTE: Journal of the American Medical Association, online 21 de febrero del 2012