Fallos en los sistemas de control | 02 NOV 11

La malaria regresa a Europa

Grecia registra el primer gran brote en el continente en casi medio siglo, con 61 afectados.

ANTÍA CASTEDO  -  Girona 
 
Casi medio siglo después de la erradicación de la malaria en el continente, mosquitos europeos vuelven a transmitir la enfermedad, que ha rebrotado con fuerza en Grecia, donde 61 personas en cinco prefecturas han contraído la dolencia en el tercer año consecutivo con casos autóctonos, según los últimos recuentos disponibles. De ellas, 33 son griegos que no habían viajado nunca a ningún país donde la malaria es endémica. "Es el mayor brote autóctono desde la erradicación de la malaria en la Unión Europea", explica Denis Coulombier, jefe de la unidad de Vigilancia del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC). El riesgo de que el brote se transmita a otros países es mínimo, tranquilizan los expertos. Tampoco es probable que el mal se restablezca en Europa.

La malaria está causada por un parásito que las hembras de determinadas especies del mosquito anófeles introducen a través de la picadura en el sistema circulatorio. En los casos de Grecia el parásito es el Plasmodium vivax, una de las cuatro variedades que pueden causar la malaria en humanos -presente sobre todo en Asia y América Latina-, y la más frecuente junto al P. falcitarum, común en África. Aunque los síntomas que produce el vivax son similares -fiebre y dolor de cabeza y articulaciones-, no es la variedad más grave. "La principal característica del vivax es que, tras la recuperación del paciente, el parásito puede quedar durmiente en el hígado y causar nuevos episodios de la enfermedad", explica Quique Bassat, médico del Centro de Investigación en Salud Internacional del Hospital Clínic de Barcelona. En esos nuevos episodios, los síntomas suelen ser suaves, lo que dificulta que las autoridades sanitarias detecten los casos con rapidez y apliquen el tratamiento adecuado.

El brote griego ha afectado con más fuerza a la zona de Lakonia, en la región del Peloponeso (sur del país), en un distrito de 20 kilómetros cuadrados situado en el delta del río Evrotas y surcado por múltiples canales de riego y campos de naranjos. La zona fue uno de los focos históricos de malaria en Grecia hasta su erradicación, en 1974, y hoy cuenta con una elevada presencia de inmigrantes asiáticos procedentes de países donde la malaria es endémica. De los 61 afectados, 28 son temporeros paquistaníes y afganos. Todos fueron hospitalizados y un hombre de 70 años con graves patologías previas falleció. "Es muy probable que el parásito haya llegado con alguien procedente de un país endémico", dice Coulombier.

La malaria no se transmite de persona a persona -salvo embarazadas a los fetos o a través de la sangre- ni entre mosquitos. Tiene que suceder que un mosquito que haya picado a alguien infectado con el parásito lo inocule luego a una persona sana. "La posibilidad de que un caso aislado genere un brote es muy escasa", afirma Agustín Benito, director del Centro de Medicina Tropical del Instituto de Salud Carlos III. Los anófeles no viven más de 20 días y el parásito debe completar un ciclo de unos 15 en el insecto para volverse infeccioso, por lo que la extensión de la enfermedad requiere una importante población de anófeles. En la zona afectada de Grecia confluyen varios factores: un clima cálido que favorece a los mosquitos, la cercanía entre estos y núcleos humanos y la presencia de población de países endémicos.

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024