Estudio del Conicet | 27 OCT 11

Un solo día de abuso de cocaína mata neuronas

El alto consumo altera en forma irrecuperable la función cerebral.

Por Susana Gallardo

No es una novedad que el abuso de cocaína a largo plazo genera trastornos como la epilepsia e incluso la muerte masiva de neuronas. Pero ahora un equipo de investigadores del Conicet pudo probar que basta un día de abuso de esta droga para que se alteren los ritmos de sueño y vigilia, y se produzcan modificaciones neuronales. El estudio analizó los efectos en ratones luego de un "atracón" de cocaína.

Se sabía que el consumo crónico de esa droga afecta las neuronas de la corteza y de una región del cerebro llamada tálamo. Por eso, los investigadores se centraron en analizar cambios en el circuito que comunica la corteza con el tálamo.

El tálamo está formado por diferentes agregados de neuronas (núcleos), que se ubican en el centro del cerebro y funcionan como un "director de orquesta", modulando la información que se conecta con diferentes regiones. A él llegan, por ejemplo, los estímulos sensoriales, que son procesados y luego reenviados a la corteza cerebral. Un clásico sistema tálamo-cortical es la vista: el impulso visual viaja desde la retina hasta la corteza, pasando por el tálamo. Algunos núcleos también procesan la actividad motora. Se conocían los efectos del consumo continuado, pero no las consecuencias de un atracón de droga en el cerebro joven. Responder estas preguntas fue el objetivo del grupo formado por Francisco Urbano y Belén Goitia, del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (Ifibyne) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN). En el estudio también participó el grupo de Verónica Bisagno y Mariana Raineri, del Instituto de Investigaciones Farmacológicas (Ininfa), de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA.

Los investigadores administraron cocaína a ratones "adolescentes" y observaron las alteraciones en el circuito que va del tálamo a la corteza. Efectuaron tres inyecciones de cocaína a lo largo de un solo día, reproduciendo una situación de consumo compulsivo en la que una persona repite la dosis cuando siente que disminuye su efecto.

"Vimos cambios similares a los del Parkinson o la epilepsia", relata Urbano. Tras obtener electroencefalogramas de los ratones, el equipo constató que luego de la administración de cocaína la actividad eléctrica correspondía a la etapa del sueño y no a la de vigilia. Pero análisis posteriores in vitro mostraron cambios más específicos en las neuronas del tálamo. Estudiaron unas pequeñas compuertas (los canales de calcio dependientes de voltaje) que se encuentran en la membrana celular y que, al abrirse para que entre el calcio, contribuyen a liberar neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.

 

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