Por Amy Norton
NUEVA YORK (Reuters Health) - Los test para detectar el virus del papiloma humano (VPH) identifican más neoplasias precancerosas que el examen tradicional para detectar el cáncer de cuello uterino conocido como Pap, pero se necesitan más pruebas antes de estandarizar el uso de un nuevo estudio.
Una investigación publicada en Annals of Internal Medicine resume una revisión realizada por el panel federal de expertos de Estados Unidos denominado U.S. Preventive Services Task Force, que actualizará las recomendaciones del 2003 para diagnosticar ese cáncer femenino.
En ese momento, el grupo recomendó que las mujeres sexualmente activas se hagan un Pap con regularidad para detectar a tiempo el cáncer de cuello uterino. Pero aclaró que todavía no existía evidencia suficiente como para recomendar, a favor o en contra, los nuevos test.
En esos análisis, se colocan las células en un líquido conservante especial para facilitar la "lectura" de la muestra; esas células se pueden utilizar también para el análisis del VPH (a diferencia de las células recolectadas con el Pap convencional).
La autora principal de la revisión, doctora Evelyn P. Whitlock, de Kaiser Permanente Northwest, en Portland, Oregon, señaló que desde el 2003 se realizaron muchas investigaciones. Pero todavía quedan dudas sobre los efectos de la pesquisa del VPH y, por lo tanto, se necesitan pruebas más sólidas antes de generalizar su uso.
El equipo de Whitlock analizó datos de cuatro ensayos clínicos que habían comparado el Pap tradicional con la versión más moderna en más de 140.000 mujeres. Ambos test tuvieron un nivel casi idéntico de sensibilidad y especificidad. La tasa de falsos positivos fue de entre el 6 y el 16 por ciento.
"Es positivo saber que los resultados son similares", dijo.
Whitlock aclaró que la decisión de utilizar uno u otro test no depende de la paciente. Ni siquiera del médico, sino del sistema de salud.
Otros ensayos clínicos revisados se ocuparon del test del VPH. En general, fue más sensibles que el Pap tradicional, pero no tan específico.
Por ejemplo, en un estudio del 2003 sobre más de 3.000 mujeres, el test del VPH detectó un 96 por ciento de neoplasias potencialmente precancerosas, mientras que el Pap detectó un 65 por ciento. Pero la tasa de falsos positivos fue del 15 por ciento, comparado con el 2 por ciento con el uso del Pap.
El problema con esa alta tasa de falsos positivos es que puede llevar a realizar biopsias y otros test innecesarios, o cirugías para extirpar tejido sospechoso.
Dado que las pruebas para detectar el cáncer de cuello uterino deben repetirse, se necesita evidencia de largo plazo de los efectos de los distintos test, aseguró Whitlock. Y todavía no se sabe si realmente el test del VPH detecta el cáncer de cuello uterino precozmente o si reduce la mortalidad por la enfermedad, comparado con el Pap.
En tanto, destacó el Pap como "una de las grandes historias de éxito de la salud pública": nacionalmente, la mortalidad por cáncer de cuello uterino bajó el 70 por ciento entre 1955 y 1992.
Aun así, muchas mujeres no se realizan el examen. Más de la mitad de los casos de Estados Unidos se da en mujeres que nunca se controlaron o que no lo hicieron en los últimos cinco años.
La Sociedad Estadounidense del Cáncer estima que este año se les diagnosticará la enfermedad a 12.700 mujeres estadounidenses y que casi 4.300 morirán por esa causa.
FUENTE: Annals of Internal Medicine, 17 de octubre del 2011