Depresión e insomnio | 04 OCT 11

Los accidentes cerebrovasculares leves podrían tener efectos ocultos

Un estudio muestra que tasas altas de depresión e insomnio son comunes.
Fuente: Reuters 

Incluso los accidente cerebrovasculares (ACV) leves pueden resultar en discapacidades graves pero no reconocidas, como depresión, problemas de la vista y dificultades para pensar, según un estudio reciente.

Los hallazgos, publicados el lunes en el Congreso Canadiense del Accidente Cerebrovascular en Ottawa, sugieren que se necesitan nuevas directrices para el tratamiento y la gestión de los ACV leves, apuntaron los investigadores.
 
"En realidad no hay ACV leves", enfatizó la coautora del estudio Annie Rochette, de la Universidad de Montreal, en un comunicado de prensa de la Heart and Stroke Foundation of Canada. "Estos pacientes se enfrentan a inmensos desafíos en sus vidas cotidianas".

Tras entrevistar a 200 víctimas de accidentes cerebrovasculares en un plazo de seis semanas tras el ACV, los investigadores hallaron una tasa alta de insomnio y depresión entre los participantes. Casi el 25 por ciento tenían depresión clínica. Los pacientes de ACV también reportaron una reducción significativa en la calidad de vida percibida, reveló el estudio.
 
Los investigadores apuntaron que el tratamiento de los síntomas de depresión, como fatiga, pérdida del apetito, falta de concentración, problemas para dormir e ideación suicida, debe ser una parte importante de la recuperación de los pacientes de ACV leves.
 
La edad promedio de los participantes era 62 años, menos que la edad típica de un ACV grave, que es de más de 65 años. Alrededor del 40 por ciento aún trabajaban antes de su accidente cerebrovascular, y les preocupaba volver a sus trabajos.
 
Otros pacientes de ACV leve entrevistados estaban preocupados sobre atender a sus familias y ser capaces de conducir. Muchos temían otro ACV, y sentían incertidumbre sobre el futuro, hallaron los investigadores.
 
"Las personas que han sufrido un ACV leve son cinco veces más propensas a sufrir un ACV en los próximos dos años que la población general", apuntó en el comunicado de prensa el Dr. Michael Hill, vocero de la Heart and Stroke Foundation. "Un tratamiento adecuado y una gestión de los factores de riesgo puede ayudar a prevenir otro accidente cerebrovascular".
 
A pesar de las preocupaciones, pocas de las víctimas de ACV leve fueron evaluadas por problemas con la vista o las capacidades mentales, que con frecuencia son menos obvios que los problemas para moverse. Los autores anotaron que casi 25 por ciento de los pacientes de ACV leve solo son tratados en una sala de emergencias, y no son atendidos por terapeutas ocupacionales, neuropsicólogos o terapeutas del habla.
 
"Se indica a los pacientes que consulten al médico de familia, pero no se les dan otras herramientas, ni rehabilitación", añadió Rochette. "Cuando desean conducir nuevamente, algunas personas están demasiado asustadas para ponerse al volante".
 
Unas nuevas directrices de tratamiento, que incluyan servicios de rehabilitación más asequibles, ayudarían a más personas a obtener la atención necesaria, concluyeron los investigadores.
 
FUENTE: Heart and Stroke Foundation of Canada, news release, Oct. 3, 2011

 

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