Sin anestesia y sin episiotomías | 24 JUL 11

Con doulas, otra forma de dar a luz

El Programa de Parto Mínimamente Intervenido incorpora la figura de una mujer que ha sido madre y que asiste a la embarazada.

Por Gabriela Navarra

Después de que Lázaro nació, enlazado por el abrazo de Marcos y Ayelén, sus papás, Ayelén pidió un aplauso para ella. Por haberlo parido. "Me lo merecía", dice, y acaricia a su bebe, que tiene 9 meses y vino al mundo con 4,300 kg y en la 42a semana de gestación. Lo que para la medicina sería un indicador de intervención -luego de la semana 41a., en teoría, el parto debe inducirse-, en este caso no alteró nada. Ni eso ni el peso del bebe -que nació grande porque ser grande está en sus genes- justificaron peridural (anestesia), inducción (oxitocina) ni episiotomía (corte vaginal). Y mucho menos, una cesárea.

Lázaro es uno de los 60 bebes nacidos en el contexto del Programa de Parto Mínimamente Intervenido del Servicio de Obstetricia del hospital Austral. Allí están las parteras y el obstetra, pero también las doulas , un oficio relativamente nuevo en nuestro país orientado a la atención del embarazo, el parto y el puerperio.

"Veía la soledad emocional en la que muchas mujeres llegan a parir, tengan o no compañía - expresa Claudia Zamora, licenciada en enfermería especializada en humanización del nacimiento y doula -. Ese es el lugar que toma la doula , una mujer que ya ha tenido hijos (tengo 4). A veces, el acompañamiento es sólo estar en silencio, con la mirada, la mano, haciendo empatía. No es ni yoga para embarazadas ni eutonía. Sólo tomar conciencia corporal, «meterse» en el cuerpo, hacer contacto con el bebe, con los movimientos, saber qué parte trabaja en el parto, qué posturas o recursos pueden ser efectivos para pasar las contracciones, los dolores. Todos los trabajos se hacen en pareja. Muchos hombres se sorprenden de lo que pueden hacer. Es infinitamente más que estar en la sala de partos."

"Yo era de las que decía parto no, cesárea -dice Ayelén, rehabilitadora visual, de 33 años, la misma edad que su marido, Marcos, bioingeniero-. Recién cuando quedé embarazada empecé a buscar. Cuando hablaba con mis amigas de parto respetado me decían que estaba loca, que por qué no aceptar la anestesia, si se había inventado y funcionaba?"

"Marcos fue un doulo increíble -resume Claudia Zamora-. Cuando empezaron las contracciones más duras y más seguidas, Ayelén se colgaba de su cuello para aliviarse y pujar en el momento que había que pujar. Estuvieron así varias horas."

Los fantasmas más temidos

-¿A qué le tienen más miedo las mujeres?

-Al dolor -contesta Claudia Zamora-. Y a si van a "poder".

Analía, 37 años, profesora de inglés, escucha junto a su marido, Gastón, de 39. Faltan pocos días para la llegada de Francisco, primer hijo de la pareja y segundo para Gastón. (N. de la R.: Francisco nació el jueves último). "No tengo miedo -dice Analía-. Sé que habrá dolor, pero es algo que siento muy finito. Hay cosas que me pasan por la cabeza, pero tampoco es miedo. Estoy muy segura de lo que elegí, aun antes de estar embarazada o de saber que existía la posibilidad de un parto no invasivo."

 

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