Detección de errores espermáticos | 19 JUL 11

Avances en infertilidad masculina

Separando los espermatozoides cuyo ADN está fragmentado, aumentan al doble la tasa de embarazos viables.

Por Nora Bär

En un encuentro amoroso, ingresan en el aparato reproductor femenino por lo menos 40 millones de espermatozoides, de los cuales sólo la mitad pueden aspirar a llegar al aparato genital interno de la mujer. Y de ellos, apenas 500.000 superan la "carrera de obstáculos" que deben afrontar para alcanzar el óvulo. Quedan por el camino los que carecen de una buena movilidad, presentan defectos morfológicos o tienen su ADN fragmentado, entre otras variables biológicas.

Todo esto, que forma parte de la dinámica normal de la vida, adquiere una relevancia singular en parejas con problemas de fertilidad en las que puede llegar a ser causa de fracaso reproductivo. "Precisamente, en alrededor de un tercio de ellas, el único problema está en una patología especial de los varones que no se ve en las evaluaciones convencionales: la rotura del ADN espermático", explica la doctora Susana Kopelman, subdirectora médica de Cegyr.

Kopelman y el equipo del Cegyr, que hace dos años habían mostrado que es posible detectar y separar los espermatozoides dañados con un método no invasivo, probaron ahora que esa técnica (llamada "separación magnética por columnas de Anexina V") permite duplicar la tasa de embarazos viables. Lo hicieron estudiando a 155 parejas tratadas durante 2009 y 2010 dentro del programa de ovodonación (y que recibieron óvulos de mujeres de entre 22 y 28 años) .

"Sabiendo que los óvulos pertenecían a mujeres jóvenes, pudimos eliminar el factor femenino y evaluar solamente el masculino", dice la especialista. Y agrega la licenciada Florencia Nodar, directora del Laboratorio de Embriología del mismo centro: "En quienes no utilizaron esta técnica, se alcanzó una tasa de embarazo exitoso de sólo el 23% y hubo un 17% de abortos tempranos; en los casos en que sí se empleó, los embarazos fueron el 43% y la tasa de abortos fue del 5%".

El espermatozoide que tiene su ADN fragmentado tiene las horas contadas. "Sufre la muerte celular programada [apoptosis] -comenta el doctor Cristian Alvarez Sedó-. Se suicida porque tiene una «falla de fabricación». Pero cuando la hebra del ADN está rota, libera una especie de señal que puede detectarse con un marcador fluorescente que se ancla en esa región. Lo que vemos bajo el microscopio son espermatozoides con la cabeza de color verde fluorescente."

 

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