Con el comentario editorial del Dr. Rodolfo Viotti | 25 JUL 11

Tratamiento para la enfermedad de Chagas crónica

El nifurtimox y el benznidazol son los únicos fármacos disponibles de eficacia comprobada. Su uso clínico y efectos adversos. Artículo comentado por un experto invitado por IntraMed.

Formas clínicas

La enfermedad de Chagas es causada por el protozoario Trypanosoma cruzi. Unos 8-10 millones de personas están infectados con este parásito, principalmente en América.

La enfermedad de Chagas tiene una fase aguda y una fase crónica. Durante la fase aguda, la mayor parte de los pacientes sufren síntomas leves, autolimitados, que no llaman la atención. Si la infección se produce a través de la conjuntiva, el paciente puede llegar a la consulta con edema unilateral indoloro de ambos párpados, que dura varias semanas (signo de Romaña).

La infección aguda grave, con miocarditis, meningoencefalitis o ambas, es potencialmente mortal; el índice de letalidad de la fase aguda es del 0,25- 0,50%. Esta fase dura 4-8 semanas. La infección entra después en la fase crónica y si no se trata continúa de por vida.

Las personas con infección crónica por T. cruzi, pero sin signosintomatología de enfermedad de Chagas, padecen la forma “indeterminada” de la infección. El 20-30% de los que inicialmente tienen la forma indeterminada progresan a cardiopatía, enfermedad gastrointestinal o ambas durante un período que va desde años a décadas.

Las primeras manifestaciones cardíacas son trastornos del sistema de conducción y alteraciones segmentarias de la motilidad de la pared ventricular izquierda. Las manifestaciones posteriores son bloqueo cardíaco de alto grado, taquicardia ventricular sostenida y no sostenida, disfunción del nódulo sinusal que produce bradicardia intensa, aneurisma apical, fenómenos embólicos y miocardiopatía dilatada progresiva con insuficiencia cardíaca congestiva. Estos trastornos se asocian con palpitaciones, síncope y alto riesgo de muerte súbita.

La enfermedad de Chagas gastrointestinal en general afecta el esófago, el colon o ambos y al progresar produce megaesófago, megacolon o ambos. La afectación gastrointestinal es mucho menos frecuente que la cardíaca y es más común en pacientes de los países del Cono Sur.

Fisiopatología y efectos del tratamiento

El T. cruzi es transportado en el intestino de las vinchucas (triatoma infestans), que son insectos hematófagos, y se transmite cuando las heces de una vinchuca infectada son inoculadas a través de la picadura de ésta o a través de las membranas mucosas intactas. El T. cruzi también se puede transmitir a través de una transfusión, del trasplante de órganos o tejidos y por vía trasplacentaria.

El período de incubación es de 1-2 semanas. La fase aguda se caracteriza por replicación activa del parásito y parasitemia que se detecta microscópicamente. Tras 4-8 semanas en la fase aguda, la replicación se detiene debido a la respuesta inmunitaria del huésped y la parasitemia se hace indetectable. No obstante, los amastigotes intracelulares de T. cruzi permanecen en los tejidos infectados, especialmente en el músculo cardíaco y esquelético. La miocardiopatía chagásica se caracteriza por un proceso de inflamación crónica que altera el miocardio de las cuatro cámaras cardíacas, así como el sistema de conducción.

La persistencia del parásito es esencial para el desarrollo y la progresión de la miocardiopatía chagásica. En cambio se cree que las manifestaciones gastrointestinales se producen por daño de las neuronas intramurales que se origina principalmente durante la fase aguda de la enfermedad y se desenmascara con los años debido al desgaste neural.

Fármacos

El nifurtimox y el benznidazol son los únicos fármacos disponibles de eficacia comprobada contra el T. cruzi. Se cree que el benznidazol, un derivado nitroimidazol, actúa a través de la unión covalente de los intermediarios de nitroreducción de las moléculas parasitarias. El nifurtimox, un compuesto nitrofurano, actúa a través de la producción de metabolitos del oxígeno reducido (e.g., superóxido y peróxido de hidrógeno), para los que los parásitos tienen menor capacidad de desintoxicación que los vertebrados.

Datos clínicos

En la infección aguda por T. cruzi, el tratamiento con benznidazol o nifurtimox disminuye la intensidad de los síntomas y acorta la evolución clínica y la duración de la parasitemia detectable. En el 60-85% de los pacientes tratados en la fase aguda se logra la curación parasitológica.

No hay certeza sobre la eficacia del tratamiento debido a la falta de una prueba fiable de curación. El diagnóstico de infección crónica se basa sobre métodos serológicos para detectar anticuerpos IgG contra el T. cruzi. Como ninguna prueba tiene suficiente sensibilidad o especificidad, se emplean dos pruebas basadas sobre diferentes antígenos o diferentes técnicas (e.g., análisis por enzimoinmunoabsroción [ELISA], fluorinmunoanálisis, inmunotransferencia) o ambos. En algunos pocos casos es necesaria una tercera prueba para asegurar el diagnóstico de infección crónica. Los primeros estudios del nifurtimox para la infección crónica empleaban la técnica del xenodiagnóstico, en la que triatomas criados en el laboratorio se alimentaban directamente del brazo o la pierna del paciente o indirectamente de sangre del paciente, guardada durante 30-60 días y después se buscaba el T. cruzi en su intestino. Sólo el 30-60% de los pacientes no tratados tienen resultados positivos con el xenodiagnóstico. Lo mismo sucede con la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para evaluar la respuesta al tratamiento. Debido a que en la fase crónica la carga del parásito circulante es baja, la sensibilidad de la PCR en pacientes no tratados es limitada y varía según los métodos empleados y la población estudiada. Estas limitaciones hacen difícil evaluar el resultado del tratamiento i aún siendo éste exitoso, las pruebas serológicas continúan positivas durante años.

En la década de 1990 dos estudios doble ciego, aleatorizados, controlados con placebo evaluaron la eficacia del tratamiento con benznidazol durante 60 días en niños con infección crónica por T. cruzi. Cada estudio empleó una prueba diferente, no tradicional, para documentar la respuesta. En el primer estudio (130 niños), el 58% de los que recibieron benznidazol y el 5% de los que recibieron placebo, mostraron seroconversión a títulos negativos a los 3 años. En el segundo estudio, (106 niños), las tasas de seroconversión a los 48 meses fueron del 62% con benznidazol y del 0% con el placebo. El xenodiagnóstico fue positivo en el 4,7y el 51,2%, respectivamente. Otro estudio aleatorizado, controlado con placebo (77 adultos), trató a los pacientes con nifurtimox, benznidazol o placebo durante 30 días. Al cabo de 12 meses de seguimiento, todos los pacientes seguían con resultados positivos en los análisis tradicionales. Sin embargo, las tasas de xenodiagnóstico positivo fueron significativamente menores entre los que habían recibido benznidazol y nifurtimox que en el grupo placebo (1,8 y 9.6%, respectivamente, vs. 34,3%).

Un trabajo más reciente, de cohortes, no ciego y no aleatorizado, estudió a 283 adultos tratados con benznidazol en relación con pacientes no tratados, con seguimiento de 9,8 años. Se halló una disminución significativa de la proporción de pacientes con progresión de la miocardiopatía (4,2% de pacientes tratados vs. 14,1% de pacientes no tratados) y tendencia a una menor mortalidad (1,1% vs. 4,2%) en los pacientes tratados. Se produjo la conversión a resultados serológicos negativos en el 14,7% de los pacientes tratados y en el 5,7% de los no tratados; la mediana del tiempo hasta la seroconversión fue de 11,7 años. La progresión de la cardiopatía fue más frecuente entre los pacientes con pruebas serológicas persistentemente positivas que entre aquellos con seroconversión negativa (10,7% vs. 2,4%.

Hay otro estudio en marcha sobre benznidazol (BENEFIT) para pacientes con  miocardiopatía chagásica de leve a moderada.

Empleo clínico

Antes de iniciar el tratamiento es necesario confirmar el diagnóstico con las pruebas apropiadas. Sobre la base de los estudios antes mencionados, el tratamiento antitripanosómico se aceptó como norma para los niños con infección crónica por T. Cruzi a fines de la década de 1990. La mayoría de los expertos actualmente opinan que se debe ofrecer tratamiento a los pacientes de hasta 50 años con infección crónica, incluidos los que son asintomáticos y los que sufren manifestaciones tempranas de miocardiopatía. Debido a que se supone que el tratamiento disminuye la probabilidad de transmisión congénita, se debe tener en cuenta a las mujeres en edad reproductiva. En los pacientes mayores de 50 años, se deben considerar para las decisiones terapéuticas la falta de certeza sobre los beneficios del tratamiento, la necesidad de tratamiento prolongado y los frecuentes efectos colaterales. No se consideran candidatos para el tratamiento a los pacientes con miocardiopatía chagásica avanzada, especialmente aquellos con insuficiencia cardíaca congestiva, ya que el tratamiento no mejora las anomalías estructurales cardíacas.

No hay evidencia de que el tratamiento antitripanosómico afecte la progresión de la enfermedad de Chagas gastrointestinal.

El benznidazol, es el tratamiento de primera línea por ser mejor tolerado. La dosis es de 5-7,5 mg por kilo y por día, divididos en dos dosis durante 60 días. Para niños menores de 12 años la dosis recomendada es mayor (10 mg por kilo por día). Antes de iniciar el tratamiento se deben obtener un hemograma completo, enzimas hepáticas, bilirrubina, creatinina y urea en sangre y el hemograma se debe repetir cada 2-3 semanas durante el tratamiento. Es necesario controlar semanalmente a los pacientes para descartar efectos adversos dermatológicos, a partir de los 9-10 días de iniciado el tratamiento.

El nifurtimox se administra en dosis de 8-10 mg por kilo y por día, por vía oral dividido en tres o cuatro dosis durante 90 días. En niños de 11-16 años la dosis recomendada es de 12,5-15 mg por kilo por día y en niños de 10 años o menos la dosis recomendada es de 15-20 mg por kilo por día. Antes de iniciar el tratamiento se deben obtener un hemograma completo, enzimas hepáticas, bilirrubina, creatinina y urea en sangre y repetir a las 4-6 semanas y al finalizar el tratamiento. Se debe pesar a los pacientes y controlarlos para descartar signosintomatología de neuropatía periférica cada 2 semanas, especialmente durante el segundo y el tercer mes de tratamiento.

Ambos fármacos están contraindicados en mujeres embarazadas y en pacientes con disfunción hepática o renal grave.

 

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