Aunque la idea de comer tierra a propósito podría resultar poco apetitosa para la mayoría de personas, la práctica tiene una larga historia y algunos podrían en realidad considerarla saludable, encuentra un estudio reciente.
El análisis de la investigación existente sobre el tema encuentra que comer tierra, o "geofagia", podría proteger al organismo contra invasores como los gérmenes y los parásitos.
Hace por lo menos miles de años que las personas comen tierra, algo que se ha reportado en casi todos los países, según la autora líder del informe Sera Young, investigadora de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York. De hecho, la geofagia se ha reportado en todos los continentes habitados y en casi todos los países.
Pero, ¿por qué siente la gente el deseo de incluir tierra en su dieta? ¿Es por nutrición? ¿Por hambre? ¿Por enfermedad mental?
Para averiguarlo, Young y colegas examinaron más de 480 informes culturales sobre comer tierra, y buscaron patrones.
Encontraron que la gente come tierra (normalmente después de hervirla) incluso cuando la comida abunda, y no tienden a comer suficiente para sentirse llenos. En cuanto a la nutrición, la forma más típica de tierra que se consume, un tipo de arcilla, no es rica en minerales. De hecho, la arcilla ingerida puede impedir la absorción de nutrientes en el tracto digestivo, encontraron los investigadores.
Los investigadores creen que la mejor respuesta es que la tierra protege al organismo contra parásitos y patógenos. Señalan que la geofagia es más común en las mujeres al principio del embarazo, en los niños preadolescentes, y que ambas categorías de personas son particularmente vulnerables a parásitos y gérmenes.
El hecho de que comer tierra sea más común en climas tropicales refuerza la teoría. Allí, los patógenos alimentarios son más comunes, y con frecuencia la gente busca tierra para comer cuando tiene algún tipo de problema gastrointestinal.
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