Inyección intravítreo de bevacizumab | 25 ABR 11

Predictores en la tomografía de coherencia óptica de desgarro del epitelio pigmentario retiniano

Evaluación de la posibilidad de utilizar la tomografía de coherencia óptica (TCO) para predecir el riesgo de desgarro del epitelio pigmentario retiniano (EPR) en pacientes con membrana neovascular coroidal asociada a desprendimiento del epitelio pigmentario tratado con bevacizumab.
Autor/a: Dres. Iris Moroz, MD; Joseph Moisseiev, MD; Amir Alhalel, MD Ophthalmic Surg Lasers Imaging 2009;40:570-575.

Se ha informado que se producen desgarros del epitelio pigmentario retiniano (EPR) en pacientes con degeneración macular asociada con la edad (DMAE) con desprendimiento del epitelio pigmentario (DEP), de manera espontánea o luego de tratamiento láser, terapia fotodinámica e inyecciones intravítreo  anti-factor de crecimiento endotelial vascular.

La angiografía fluoresceínica y la tomografía de coherencia óptica pueden servir para predecir el riesgo de desarrollar desgarros del EPR. Las observaciones que servirían para predecirlo son: interrupción de la banda hiperreflectiva correspondiente al EPR en la TCO e hiperfluorescencia intensa alrededor del margen del DEP en la angiografía fluoresceínica.

Existen varios informes de desgarros del EPR después de inyección intravítreo de bevacizumab y ranibizumab en ojos con DMAE exudativa. Según un estudio (Chan et al) el desgarro del EPR se produce después de la inyección de bevacizumab contra la neovascularización coroidal asociada con DEP en 17,1% de estos pacientes. El porcentaje para todos los pacientes con DMAE es 2,2%.

Hace falta descubrir cuales son los factores predictivos que permitirían identificar a los pacientes de alto riesgo. La TCO ha reemplazado mayormente a la angiografía fluoresceínica en la práctica diaria. Por lo tanto, en el presente estudio intentamos identificar las características de la TCO que ayudarían a predecir el desarrollo de desgarros del EPR, mediante una revisión retrospectiva de pacientes con DEP y DMAE sometidos a inyección intravítreo de bevacizumab.

Pacientes y métodos:

Observación retrospectiva de 24 casos consecutivos de pacientes tratados con bevacizumab. Se realizaron TCO en todos los pacientes antes del tratamiento y durante el seguimiento. Seis pacientes desarrollaron desgarro del EPR. Ocho pacientes integraron el grupo sin desgarro.

Características pre-desgarro: Tomografía de coherencia óptica de dos pacientes. (arriba) El paciente A muestra múltiples hendiduras en la capa del epitelio pigmentario retiniano (puntas de flechas). (abajo). El paciente B muestra un espacio o interrupción en la banda hiperreflectiva del desgarro del EPR (flecha). En ambas imágenes,  la neuro-retina de arriba muestra leves cambios quísticos intrarretinianos. No hay líquido subretiniano encima del desprendimiento del epitelio pigmentario.

Es importante lograr identificar cuales son los pacientes en riesgo tanto para el oftalmólogo como para el paciente. La pérdida de visión en caso de desgarro del EPR depende mayormente de la ubicación del desgarro con respecto al centro foveal avascular.

En la presente serie, observamos dos patrones de irregularidades del EPR en pacientes con DEP que desarrollaron desgarro del EPR después del tratamiento: pequeñas hendiduras ondeadas en la capa del EPR y una interrupción como en escalón en la continuidad del EPR. Estas irregularidades están íntimamente asociadas con desgarros del EPR después de la inyección intravítreo de bevacizumab. Las hendiduras ondeadas se detectaron en cuatro pacientes con desgarros y solo dos pacientes en el grupo sin desgarro presentaron esta irregularidad. Además, un paciente del grupo con desgarro presentó una importante hemorragia subretiniana rodeando el DEP, esto causó obstrucción parcial de la sangre y ensombrecimiento de las imágenes. Las imágenes de TCO revelaron solo una ruptura mínima del EPR. Las hendiduras podrían haber estado presentes, pero tapadas por la sangre.

Todos los pacientes fueron examinados por especialistas en retina experimentados, que determinaron que no había desgarro del EPR en el estudio fundoscópico y por lo tanto no requirieron angiografía fluoresceínica. Las hendiduras se detectaron en el contorno del DEP visto en la TCO.  No hubo una retractación de la capa hiperreflectiva engrosada del EPR como se observa en el desgarro total del EPR ni tampoco coroides expuesta al lado del DEP. Dichas hendiduras pueden hacer que el EPR sea más frágil y proclive a desgarrarse debido a alteraciones inducidas por el tratamiento.

 

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