Efectos de la medicación | 09 FEB 11

Deprimidos, y sin sexo

Los fármacos que incrementan la serotonina, disminuyen el deseo. Los hombres aguantan peor el detrimento de su vida sexual.

María Sainz | Madrid

Se dice que una de cada cuatro personas padecerá una depresión a lo largo de su vida. Lo que no se comenta tanto, y ahí entra el tabú, es que algunos de los fármacos para tratarla socavarán su deseo y sus relaciones sexuales. Este efecto secundario, además de minar la autoestima y la unión de las parejas, provoca que muchos abandonen la terapia antes de tiempo y acaben recayendo.

Hace un par de semanas, la FDA, agencia estadounidense del medicamento, anunciaba la aprobación de un nuevo antidepresivo (Viibryd o vilazodona) que no produce este efecto negativo sobre la libido. Aunque no se vende en España, la llegada de esta sustancia al mercado norteamericano pone sobre la mesa una problemática mayoritariamente oculta: algunos antidepresivos impactan seriamente en la salud sexual.

"Depende del psiquiatra. Los españoles, los italianos y los griegos somos los que más preguntamos a nuestros pacientes sobre su vida sexual. Sin embargo, en los países nórdicos y en Reino Unido, por ejemplo, se considera una esfera íntima en la que no se debe entrar", explica a ELMUNDO.es el psiquiatra Ángel Luis Montejo.

Precisamente, este médico es el creador de la Asociación Española de Sexualidad y Salud Mental (ASEXAME), con la que intenta concienciar tanto a enfermos como especialistas de la importancia de transmitir y abordar este tipo de trastornos: "Hay unos 300 medicamentos comercializados que pueden producir problemas sexuales, principalmente antidepresivos y antipsicóticos, pero también algunos antihipertensivos, antidiabéticos, fármacos para el colesterol, etc.".

El papel de la serotonina

En el caso de la depresión, los fármacos que más pueden interferir en las relaciones sexuales son los llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Funcionan aumentando los niveles de la citada sustancia y, en consecuencia, reduciendo la impulsividad, la ansiedad y, también, el deseo. Son la terapia de elección en pacientes que, por ejemplo, sufren trastorno obsesivo compulsivo o bulimia.

Como explica Montejo, este efecto ni entiende de género ni de edad, y varía desde la falta de deseo (que aparece en un 60% o 70% de los casos) hasta los problemas para alcanzar el orgasmo o eyacular (un 50%), pasando por la falta de lubricación vaginal o la disfunción eréctil (30%).

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024