Un estudio comparo sus efectos antes y después de comer | 12 ENE 11

Antes del desayuno, el ejercicio quema más grasas y calorías

Además, permite un mejor control de los niveles de glucosa después de comer mucho.

Correr antes de desayunar hace que el cuerpo queme primero grasa, y no carbohidratos. 

Gretchen Reynolds / The New York Times

NUEVA YORK.- Las fiestas de fin de año nos brindan muchas alegrías, pero, también, muchas dificultades con la dieta. Hasta los que están en mejor estado y que son más disciplinados pueden sucumbir y ceder ante una mayor cantidad de grasa y calorías, más que en cualquier otro momento del año.

Pero un nuevo estudio publicado en el The Journal of Physiology sugiere una respuesta: correr o andar en bicicleta antes de desayunar. Hacer ejercicios por la mañana antes de ingerir algo, según el estudio, parece disminuir significativamente los efectos adversos de las bacanales de estas fiestas.

Para este estudio, investigadores de Bélgica reclutaron a 28 hombres jóvenes y comenzaron a alimentarlos con una dieta verdaderamente mala compuesta por 50% de grasa y 30% más de calorías, en total, de lo que consumían habitualmente. Algunos acordaron no hacer ejercicios durante el experimento. El resto fue dividido en dos grupos de actividad física.

Los programas de los grupos eran idénticos y agotadores. Los jóvenes se ejercitaron cuatro veces a la semana por las mañanas, corrieron y anduvieron en bicicleta con una intensidad extenuante. Dos de las sesiones duraban 90 minutos y las otras, una hora.

Pero sus tempranas rutinas mañaneras no eran idénticas. Uno de los grupos ingería un pesado desayuno rico en carbohidratos antes de ejercitarse y continuaba tomando carbohidratos bajo la forma de bebidas para deportistas durante los ejercicios. El segundo grupo se ejercitaba sin ingerir nada antes y bebía sólo agua durante el entrenamiento. Luego, más tarde, se ponían al día con la abstinencia del desayuno y con calorías comparables a las abundantes porciones del otro grupo.

El experimento duró seis semanas. Al final, el grupo que no realizaba actividad física, había aumentado un promedio de más de tres kilos, lo que no sorprendió a nadie. También desarrollaron resistencia a la insulina y sus músculos ya no respondían a ella y no metabolizaban eficientemente el azúcar (más técnicamente, la glucosa) y comenzaron a acumular grasa extra dentro y entre sus células musculares. Tanto la resistencia a la insulina como los músculos revestidos de grasa son condiciones que pueden ser precursoras de la diabetes.

Los jóvenes que tomaban el desayuno antes de ejercitarse engordaron también, aunque sólo alrededor de la mitad que el grupo de control. Pero al igual que los sedentarios, se volvieron más resistentes a la insulina y almacenaron una mayor cantidad de grasa en sus músculos.

 

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