Medicina del viajero | 11 ENE 11

Todo lo que hay que saber antes de viajar

Infecciones endémicas, animales o plantas venenosas y condiciones deficientes de saneamiento son algunas de las amenazas para la salud que presentan ciertos destinos turísticos.

El éxodo turístico comienza con alto nivel de reservas hotelerasLas vacaciones, que por lo general se esperan durante todo el año y se planifican con anticipación, pueden convertirse en una verdadera pesadilla cuando no se tiene en cuenta que ciertos destinos turísticos implican el riesgo de contraer algunas enfermedades.

Y también porque muchas veces se olvida que las personas con condiciones físicas particulares (enfermedades crónicas, capacidades especiales u otras) pueden resultar afectadas por el clima o por las características del lugar que se visita.

“La medicina del viajero aún es una especialidad joven”, explicó Tomás Orduna, jefe del servicio de Patología Regional y Medicina Tropical del Hospital Francisco Muñiz de Buenos Aires, y presidente de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero (Slamvi).

En toda América latina, de hecho, es un área poco desarrollada. Y en la Argentina, según afirmó Orduna, sus orígenes se remontan al Hospital Muñiz hace unos 20 a 25 años.

“Hace unos seis o siete años que creamos una sociedad latinoamericana para que esta disciplina se difunda. Nuestro objetivo es lograr un viaje saludable desde la ida hasta el retorno, para ambas comunidades, la de origen y la de llegada”, indicó.

Un caso reciente, que demuestra la necesidad de esta rama de la medicina, fue el brote de sarampión que se desató hace unos pocos meses en el país, “importado” por argentinos que viajaron al Mundial de Fútbol en Sudáfrica sin vacunarse.

Otras enfermedades transmitidas por vectores, como la fiebre amarilla y el dengue, en los últimos años avanzaron hacia el sur y llegaron a zonas que antes no registraban casos autóctonos de estas infecciones.

“Esto nos alerta sobre cómo, incluso enfermedades para las cuales hay vacuna desde hace 30 años, como el sarampión, pueden convertirse en un serio problema en un viaje, si se menosprecian riesgos”, advirtió.

“Virus como los que generan la varicela o la gripe son altamente transmisibles entre viajeros, ya que permanecen hacinados en lugares como los aeropuertos, las estaciones de trenes y los propios medios de transporte (aviones, trenes, ómnibus)”, indicó.

Para ir y volver sanos. “La mejor estrategia es la inmunoprevención contra aquellas enfermedades para las que existen vacunas. Y para los casos en los que no hay, se debe tener especial cuidado con el agua y los alimentos que se consumen y con los que se entra en contacto, así como evitar la exposición a animales y plantas peligrosas”, recomendó Orduna. Y señaló que el médico de cabecera puede informar en cada caso si es necesario determinado repelente de insectos, o si hacen falta medicamentos para prevenir afecciones como la malaria.

Por otra parte, quienes padecen afecciones crónicas deben tomar recaudos para asegurarse de contar con su medicación durante el viaje, así como con atención médica en caso de sufrir una descompensación. Esto implica que el paciente, además de contar con un seguro de salud para viajeros, deberá informarse sobre las regulaciones locales e internacionales en cuanto al transporte de medicamentos, y pedir a su médico que le prescriba todas las recetas correspondientes al período en el que se ausentará.

 

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