Lo ha asegurado esta semana la revista 'British Medical Journal' en un artículo y un editorial que no hacen más que confirmar los datos que puso de manifiesto una investigación hace un año.
Este nuevo examen del caso demuestra que la investigación liderada por Andrew Wakefield alteró los datos sobre el historial de los pacientes "con el objetivo de apoyar su teoría de que había identificado un nuevo síndrome".
De hecho, los documentos indican que, pese a que Wakefield aseguró que nueve de los 12 niños analizados en su trabajo presentaban autismo después de haber sido vacunados, la realidad es que sólo a uno se le confirmó un autismo regresivo.
Además, al contrario de lo afirmado por Wakefield, lejos de estar sanos, a cinco de los pequeños se les había detectado previamente algún tipo de problemas en el desarrollo.
En un editorial que acompaña al trabajo en la revista médica, la editora de la publicación, Fiona Godlee califica al estudio de Wakefield como "un fraude elaborado".
El pasado año, Reino Unido retiró la licencia médica a Wakefield y la revista 'The Lancet', que publicó la primera investigación, decidió retirar el estudio después de reconocer que "nunca debió haberlo publicado".
Pese a que varios estudios han demostrado que no existe ningún vínculo entre la vacuna de la tripe vírica y el autismo, Wakefield sigue defendiendo su inocencia y ejerciendo la profesión en EEUU.
En Febrero de 2010
TRAS EL FALLO DEL COLEGIO DE MÉDICOS
'The Lancet' retira el polémico estudio de la vacuna de la triple vírica
La revista lamenta su 'error' y admite fallos metodológicos en el trabajo
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