Medicamentos sin receta

Por qué es tan difícil dar al niño la dosis justa de jarabe

Muchas medicinas infantiles no permiten regular la dosis fácilmente .

Ángel Díaz | Madrid

La mayor parte de los jarabes para niños que pueden adquirirse sin receta, ya sean para la tos o el resfriado, alergias, dolores o problemas digestivos, no indican de forma clara e inequívoca cómo hay que administrar la dosis indicada. Muchos traen una cuchara dispensadora, pero no está marcada de acuerdo a lo que dice el prospecto.

El Mundo

Así lo ha puesto de relieve un estudio que ha analizado los 200 jarabes más vendidos en EEUU sin necesidad de prescripción médica, y que ha encontrado elevados niveles de variabilidad e inconsistencia en las indicaciones y ayudas para que el niño tome la dosis justa de medicina.

Muchos de los problemas hallados se refieren a las cucharas o dispensadores que suelen acompañar a los jarabes: casi todos los productos que traen este utensilio (hasta un 98,6%) presenta inconsistencias entre las instrucciones del prospecto y las dosis que están marcadas en el utensilio. De hecho, un 81,1% de los dispensadores presenta marcas superfluas, que no guardan relación alguna con las dosis recomendadas y sólo sirven para añadir confusión al usuario.

Otro problema que se ha observado en numerosos casos es el empleo de unidades incomprensibles para el público general o que tampoco se corresponden con lo que dice el prospecto. En un 89% de los casos, las instrucciones en papel hablan de una medida distinta a la que refleja el dispensador. De hecho, la unidad de medida más empleada en todos los productos era la cuchara de té (en España sería una cucharilla de café). En otras palabras, una medida abierta a la imaginación, que cada uno puede interpretar como quiera.

Medidas estandarizadas

Los investigadores, dirigidos por la doctora H. Shonna Yin, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York (EEUU), proponen tres medidas para evitar posibles sobredosis e intoxicaciones involuntarias: que los utensilios dispensadores se estandaricen en todos los jarabes; que los productos guarden coherencia entre lo recomendado en el prospecto y las marcas que hay en la cuchara; y que se usen medidas estandarizadas para todos. Por ejemplo, que un mililitro se llame siempre mililitro, no unas veces mililitro y otras centímetro cúbico (aunque sea lo mismo).

El estudio surgió a partir de una recomendación -no obligación- que emitieron las autoridades norteamericanas a finales del año pasado para prevenir intoxicaciones y malos usos de las medicinas líquidas pediátricas.

"Los dispensadores deberían ir adaptados de una forma clara", manifiesta José Díaz Huertas, presidente de la Asociación de Pediatría Social, quien también lamenta la falta de comprensibilidad de los prospectos: "Deberían estar redactados para que los entienda el paciente. A veces parece que los escriben sólo para técnicos y al paciente no le es útil, le asustan los efectos secundarios y no entiende lo que dice".
 

Muchos medicamentos sin receta para niños tienen etiquetas poco claras

Medlineplus

Una investigación reciente sugiere que la advertencia a los padres de seguir cuidadosamente las instrucciones en las etiquetas de los medicamentos de venta libre para niños podría ser inútil.

El estudio halló que la mayoría de los medicamento para el resfriado y la tos, los analgésicos, antialérgicos y medicamentos estomacales más populares simplemente no explican las dosis muy bien para empezar. Tampoco hay mucha coherencia en las etiquetas de los productos.

"Casi todos los productos mostraban incoherencias", señaló la Dra. H. Shonna Yin, autora líder de un estudio dado a conocer de manera preliminar que será publicado el 15 de diciembre en la edición impresa de la Journal of the American Medical Association.

La Dra. Karen Wilson, profesora asistente de pediatría del Centro Médico de la Universidad de Rochester en Nueva York consideró los resultados "estremecedores", aunque no del todo sorprendentes.

"Tener incoherencias en las etiquetas de medicamentos de venta sin receta que usan los niños obviamente incrementa bastante las probabilidades de usar dosis incorrectas", dijo. "Pero como madre y como médica, sé que eso de las dosis no es fácil de descifrar".

"Este es un problema real", agregó el Dr. G. Randall Bond, director médico del Centro de Información sobre Medicamentos y Envenenamiento de Cincinnati del Hospital Infantil de esa ciudad. "Me parece que hará una gran diferencia si podemos encaminarnos a las metas [que establecieron los autores]".

Pero también señaló que aunque "una gran cantidad de visitas a la sala de emergencias se relacionan con [los medicamentos de venta libre], muy pocas de ellas se relacionan con problemas con las dosis. La mayor parte del tiempo se trata de niños que se metieron al gabinete de los medicamentos. "Esa es la verdadera razón".

El estudio surge casi exactamente un año después de que la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de los EE. UU. emitiera directrices voluntarias que recomiendan que los fabricantes de medicamentos comunes de venta sin receta sean más coherentes con las indicaciones sobre las dosis e incluyan instrumentos de medición junto con los productos, entre otras sugerencias.

La Consumer Healthcare Products Association, que representa a estos fabricantes, también emitió directrices voluntarias.

"Esta iniciativa tuvo lugar después de que salieran a la luz varios informes acerca de sobredosis accidental atribuidas a problemas relacionados con etiquetas malas e incoherentes"; aseguró Yin, profesora asistente de pediatría de la Facultad de medicina de la NYU. "No establecen mandatos específicos y no tienen un plazo de cumplimiento, por lo que quisimos documentar el tamaño de este problema. ¿Será suficiente con las directrices voluntarias? También queríamos una línea de base para determinar si los productos cambiaban".

Los padres cometen errores con las dosis cerca del cincuenta por ciento de las veces", aseguró Yin.

Aunque la mayoría de estas ingestiones de dosis incorrectas no son graves, algunas, como las sobredosis de acetominafén pueden conducir a insuficiencia hepática y muerte, aseguró Wilson.

Yin y sus colegas examinaron doscientos medicamentos líquidos de venta libre para niños menores de doce años que se vendieron al año siguiente a la publicación de las recomendaciones. Esto representó un 99 por ciento de todos los productos que hay.

Cerca de las tres cuartas partes de los productos sí incluían dispositivos de medición, pero para el 98.6 por ciento de ellos, lo que decían las indicaciones no coincidía con las marcas de la cuchara o la taza.

Entre esto había marcas necesarias que no estaban allí o marcas adicionales innecesarias.

Poco más del cinco por ciento de los productos usaban medidas rebuscadas, como copitas o centímetros cúbicos. Algunas abreviaciones no estaban definidas.

Además de hacer coincidir las instrucciones del dispositivo con las de la etiqueta, Yin (y la FDA) recomiendan que se usen medidas uniformes, preferiblemente mililitros, porque es fácil confundir incluso cucharadas con cucharaditas.

Y teniendo en cuenta el alcance del problema", nos preocupa bastante que las directrices voluntarias no logren resolver el problema", aseguró Yin. "La FDA podría necesitar establecer estándares y regular productos".

Entretanto, dijo, los padres deberían seguir prestándole atención a las etiquetas y, si no entienden lo que se indica (quizá porque no tiene sentido), deben preguntar a su médico o farmacéutico.


FUENTES: H. Shonna Yin, M.D., assistant professor, pediatrics, NYU School of Medicine, New York City; G. Randall Bond, M.D., medical director, Cincinnati Drug and Poison Information Center, Cincinnati Children's Hospital; Karen Wilson, M.D., assistant professor, pediatrics, University of Rochester Medical Center, Rochester, N.Y.; Dec. 15, 2010, Journal of the American Medical Association.