NUEVA YORK (Reuters Health) -
Los niños en edad escolar con madres que controlan estrictamente sus dietas serían propensos a comer de más, mientras que los hijos de mujeres que los presionan para comer tenderían a ser más difíciles con la comida.
Estos resultados, publicados en Journal of the American Dietetic Association, no quieren decir que las tácticas que usan los padres para que sus hijos coman hagan que los niños coman en exceso o se vuelvan demasiado selectivos con los alimentos.
De hecho, los autores opinan que es posible que los padres que presionan o restringen a sus hijos a la hora de comer suelen estar reaccionando a los hábitos alimentarios infantiles.
El equipo de la doctora Jane Wardle, del University College de Londres, encuestó a 213 madres de niños de entre 7 y 9 años que respondieron sobre la reacción de sus hijos a los alimentos (si comería demás si pudiera, por ejemplo) y cualquier signo de rechazo a la comida (comer lento o no terminar nunca el plato).
También respondieron sobre sus tácticas para que sus hijos coman.
El equipo halló una relación entre la presión materna para comer alimentos saludables y el nivel en los niños de problema con la comida.
La restricción alimentaria que imponía la madre estuvo asociada con el rechazo de su hijo a la comida. A mayor restricción, más posibilidad había de que las madres dijeran que sus hijos comerían de más si pudieran.
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