Publicado en 'Nature' | 01 OCT 10

La búsqueda de la doble hélice y el 'humo de la brujería'

Hallan las cartas perdidas de los descubridores de la estructura del ADN. Se llevaban bien pese a la rivalidad, pero menospreciaban a Rosalind Franklin.


Una de las cartas de Francis Crick recién encontradas. | Foto: NatureÁngel Díaz | Madrid

Estaban en grupos rivales, pero enseguida se pusieron de acuerdo. La mala, casi una 'bruja', era la chica: Rosalind Franklin. Los dos equipos británicos que rivalizaron en la búsqueda de la estructura del ADN, el de James Watson y Francis Crick en Cambridge y el de Maurice Wilkins en Londres, vivieron varios momentos de tensión durante la carrera por lograr uno de los hallazgos más importantes de la ciencia. Pero se hablaban unos a otros a franqueza, en una abundante correspondencia que se acaba de recuperar tras haberse dado por perdida.

Más de medio siglo después de que se publicara la estructura en doble espiral de la molécula que guarda "el secreto de la vida", han aparecido decenas de cartas de aquellos años, pertenecientes a Francis Crick. La documentación pone de manifiesto cómo los científicos atravesaron momentos difíciles. El grupo de Londres creía que en Cambridge les estaban copiando los resultados. Pero, mientras las instituciones se peleaban, los investigadores hablaron entre ellos sin tapujos, y enseguida se estableció cierto clima de cordialidad entre los tres científicos que, finalmente, se repartirían en 1962 el Nobel: Wilkins, Watson y Crick.

Francis Crick murió en el verano de 2004 creyendo que todas estas misivas eran irrecuperables. Culpaba de ello a una "secretaria ultra-eficaz", de quien pensaba que las había tirado. Sin embargo, a principios de este año, aparecieron entre los montones de papeles que el científico Sydney Brenner -quien compartió despacho con Crick durante dos décadas- había donado a la librería del laboratorio Cold Spring Harbor, en Nueva York.

Las expresiones más despectivas recogidas en las misivas las acapara Franklin, quien, cuando sus compañeros se repartieron el Nobel, ya había muerto, muy probablemente a causa de la radiación recibida en el laboratorio. Allí se encargaba de fotografiar la molécula con técnicas de cristalografía de rayos X. Muchos consideran que la 'Dama oscura del ADN' -como se titulaba una de sus biografías- fue injustamente dada de lado por los demás descubridores de la estructura del ADN. Sus biógrafas Branda Maddox o Anne Saye no tienen dudas de que el mal trato recibido se debió al ambiente sexista que se respiraba en el King's College.

¿La culpa fue de Rosy?

Según se desprende de los documentos recién encontrados, lo cierto es que sus colegas no mostraban demasiado respeto por sus capacidades. Cuando el grupo de Cambridge dedujo la estructura de la molécula, Wilkins culpó a su compañera de que se le hubieran adelantado: "Y pensar que Rosy tuvo todos esos datos en 3-D durante nueve meses y no fue capaz de construir una hélice con ellos... Me creí su palabra de que los datos reflejaban una estructura anti-hélice. Cristo".

 

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