Comparado con otros antipsicóticos atípicos | 28 NOV 11

El aripiprazol tiene un perfil favorable de tolerabilidad

El aripiprazol es el prototipo de una nueva generación de antipsicóticos estabilizadores del sistema de neurotransmisión dopaminérgica. Su efecto antipsicótico reside en el agonismo parcial de los receptores dopaminérgicos D2 y de los receptores serotoninérgicos 5-HT1A.
Autor/a: Dres. Komossa K, Rummel-Kluge C, Leucht S y colaboradores Fuente: SIIC Cochrane Database of Systematic Reviews 4(6569)Oct 2009

Introducción y objetivos

La esquizofrenia es una enfermedad crónica y debilitante que se caracteriza por la aparición de síntomas positivos como los delirios y las alucinaciones y síntomas negativos como la apatía y la conducta desorganizada. El nivel de discapacidad de los pacientes esquizofrénicos es significativo. De hecho, el 90% de ellos no trabaja.

Tradicionalmente, el tratamiento de los pacientes esquizofrénicos consistía en el empleo de antipsicóticos típicos como el haloperidol. No obstante, la aparición de la clozapina y la observación de ventajas ante su administración respecto de los agentes típicos motivaron la creación de los antipsicóticos atípicos o de segunda generación. Entre éstos se incluyen el aripiprazol, la olanzapina, la clozapina, la quetiapina y la risperidona. Los agentes atípicos no generan los trastornos motores observados al administrar antipsicóticos típicos. Asimismo, se sugirió su superioridad en términos de cumplimiento terapéutico, funcionamiento cognitivo, síntomas negativos y calidad de vida, entre otros tópicos.

El aripiprazol es el prototipo de una nueva generación de antipsicóticos estabilizadores del sistema de neurotransmisión dopaminérgica. Su efecto antipsicótico reside en el agonismo parcial de los receptores dopaminérgicos D2 y de los receptores serotoninérgicos 5-HT1A. Asimismo, tiene un efecto de agonismo sobre los receptores 5-HT2. Este mecanismo de acción resulta en la estabilización de los sistemas dopaminérgico y serotoninérgico. El agonismo parcial de los receptores D2 permite que la droga actúe como antagonista o agonista en presencia de concentraciones elevadas o bajas de dopamina y sea de utilidad en presencia de síntomas positivos o efectos adversos, respectivamente. El aripiprazol también tiene afinidad por los receptores D3, D4, 5-HT2C, 5-HT7, alfa adrenérgicos e histaminérgicos. En consecuencia, provoca efectos adversos como somnolencia, cefaleas y trastornos gastrointestinales. La dosis admitida de aripiprazol para el tratamiento de los pacientes esquizofrénicos varía entre los 10 y 30 mg/día, aunque se recomienda emplear hasta 15 mg/día.

La superioridad de los antipsicóticos atípicos respecto de los agentes típicos es motivo de debate. De hecho, los resultados obtenidos en investigaciones recientes ponen esta superioridad en duda. No obstante, en muchos países, los antipsicóticos atípicos son los más empleados.

La presente revisión se llevó a cabo para evaluar la información obtenida en estudios controlados y aleatorizados de comparación entre el empleo de aripiprazol y otros antipsicóticos atípicos para el tratamiento de los pacientes esquizofrénicos.

Métodos

Se incluyeron estudios controlados y aleatorizados realizados en pacientes con trastornos del espectro esquizofrénico tratados con aripiprazol u otros antipsicóticos atípicos. El parámetro principal de evaluación de la eficacia fue la ausencia de respuesta clínicamente significativa. En segundo lugar se consideró la interrupción del tratamiento, el estado general y mental de los pacientes, la aparición de recaídas, el desempeño general y cognitivo, la calidad de vida y la satisfacción con el tratamiento, el uso de recursos de salud y la aparición de eventos adversos.

Los estudios se seleccionaron mediante el Cochrane Schizophrenia Group Trials Register. También se evaluaron las referencias incluidas en los trabajos y se contactó a las compañías farmacéuticas con el fin de seleccionar trabajos adicionales. Sólo se consideraron estudios en los que se utilizaron escalas de evaluación reconocidas. Asimismo, se contactó a los autores principales en caso de ausencia de información adecuada y se tuvo en cuenta el riesgo de sesgos.

La respuesta al tratamiento fue evaluada de acuerdo con el resultado de la Brief Psychiatric Rating Scale o de la Positive and Negative Syndrome Scale (PANSS). Otros parámetros empleados fueron el riesgo relativo y el número necesario de pacientes a tratar. Se llevó a cabo un análisis principal en el que se incluyeron todos los estudios y un análisis de sensibilidad en el que se excluyó la información sesgada. Por último, se consideró la heterogeneidad clínica de los trabajos.

Resultados

Se incluyeron 6 publicaciones sobre 4 estudios en los que se efectuaron comparaciones entre los tratamientos con aripiprazol y olanzapina o risperidona. Los ensayos incluidos fueron patrocinados por las compañías fabricantes del aripiprazol y se llevaron a cabo en 1 404 individuos con esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo. El diseño de los estudios fue aleatorizado y a doble ciego. Tres de los trabajos fueron de corto plazo y tuvieron entre 4 y 6 semanas de duración. El estudio restante tuvo una duración de 26 semanas. No se hallaron investigaciones a largo plazo. En 3 ensayos se incluyeron pacientes internados, en tanto que el restante se efectuó en individuos internados o ambulatorios.

Los participantes reunían los criterios diagnósticos incluidos en la cuarta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) y cursaban una exacerbación aguda de la enfermedad. En general, todos presentaban cuadros relativamente crónicos. En 3 estudios se incluyeron más de 300 pacientes, en tanto que el restante se llevó a cabo en menos de 100 individuos. El diseño de la mitad de los ensayos permitió el empleo de dosis flexibles de 15 a 30 mg/día de aripiprazol. En los 2 estudios restantes se administraron dosis fijas de 15, 20 o 30 mg/día de la droga.

Los parámetros de evaluación fueron el abandono precoz del estudio, la respuesta al tratamiento y el puntaje de las escalas de evaluación aplicadas. Entre estas escalas se incluyó la Clinical Global Impression Scale, la PANSS, la Abnormal Involuntary Movement Scale y la Barnes Akathisia Scale. También se registró la aparición de efectos adversos y se recabó información acerca del efecto del tratamiento sobre el peso, el intervalo QT corregido (QTc) y los niveles de colesterol.

 

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