'The New England Journal of Medicine' | 14 MAY 10

Hacia el desfibrilador sin cables

No son un sustituto de los tradicionales, puesto que no ofrecen marcapasos.

CRISTINA G. LUCIO

Los desfibriladores internos permiten restablecer el ritmo del corazón cuando sufre una fibrilación ventricular, la más grave de las arritmias. A la nómina de estos dispositivos podría añadirse pronto una nueva opción, a juzgar por los resultados de un reciente estudio.

Según sus datos, los desfibriladores subcutáneos, que no necesitan la inserción de cables, son efectivos y permiten evitar algunas complicaciones asociadas a la colocación de los aparatos convencionales.

Generalmente, los desfibriladores internos se implantan en el corazón a través de uno o varios electrodos intravasculares. Es decir, aprovechando un vaso sanguíneo -habitualmente la vena subclavia, aunque pueden utilizarse otras vías-, se 'conectan' al corazón mediante cables que transmiten los impulsos eléctricos.

Esta canalización puede provocar complicaciones, como la aparición de un neumotorax (por la punción del pulmón), fallos de conexión, lesiones en los vasos, contaminaciones, etc.

Según los autores de una investigación que publica esta semana la revista 'The New England Journal of Medicine', colocar el dispositivo de forma subcutánea, sin necesidad de usar cables que lleguen directamente al corazón, permitiría evitar estas complicaciones y hacer más seguro el proceso.

A través de sensores situados fuera del corazón, estos aparatos podrían detectar la arritmia y efectuar la descarga de energía con la misma efectividad que los dispositivos convencionales.
Buscando la mejor configuración

Para comprobar su hipótesis, estos científicos de dirigidos por Gust H. Bardy, del Instituto de Investigación Cardiaca de Seattle (EEUU) llevaron a cabo cuatro ensayos.

Mientras que los dos primeros se realizaron para comprobar la mejor configuración posible y comparar la eficacia entre los dispositivos convencionales y los que no necesitan cables los siguientes sirvieron para evaluar la eficacia de los nuevos desfibriladores en dos grupos de pacientes.

Estos trabajos pusieron de manifiesto que los estos dispositivos eran efectivos a la hora de detectar y revertir los episodios de fibrilación ventricular.

En sus conclusiones, los autores de esta investigación subrayan el prometedor potencial de los desfibriladores subcutáneos, si bien reconocen que son necesarios nuevos trabajos que confirmen su eficacia y sus posibles ventajas.

De esta misma opinión es Jorge Toquero, especialista de la Unidad de Arritmias del Hospital Puerta de Hierro de Madrid. "Hay que ver qué resultados tienen al largo plazo con distintos grupos de pacientes. Por ejemplo, es importante conocer cómo se comporta en los pacientes muy obesos, donde la energía podría perderse en el tejido subcutáneo. O en aquellos con mucha acumulación de aire en el pulmón", explica.

Según este experto de la Sociedad Española de Cardiología, tal como están concebidos, estos dispositivos no podrían llegar a sustituir a los desfibriladores convencionales, ya que no ofrecen la función de marcapasos que tienen estos últimos; una medida que necesitan muchos pacientes.

"Es un avance interesante, aunque tiene sus limitaciones, ya que no podría emplearse en pacientes con taquicardias ventriculares lentas o en quienes necesitan un marcapasos", coincide Jesús Almendral, jefe de la sección de Electrofisiología Cardiaca del Hospital de Sanchinarro (Madrid).

"Serían una opción a tener en cuenta especialmente en determinados casos, como pacientes con anomalías u obstrucciones venosas o en niños", concluye Toquero.

 

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