Estudio desafía las recomendaciones comunes sobre el colesterol | 13 MAR 10

Hay que tratar el riesgo, no el colesterol

Un estudio del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan muestra que la adaptación del tratamiento a los riesgos de ataque cardiaco es más eficaz que la atención centrada en el nivel de colesterol.

ANN ARBOR, Michigan.— Un nuevo estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan y el Sistema de Salud de VA de Ann Arbor cuestiona la opinión prevaleciente entre los médicos de los beneficios de los niveles bajos de colesterol.

La adaptación del tratamiento al riesgo general de ataque cardiaco de cada paciente, tomando en cuenta todos los factores de riesgo tales como la edad, historial familiar, tabaquismo, ha sido más eficaz y ha usado dosis menores de estatinas que las estrategias más comunes actualmente para bajar el colesterol a cierto nivel determinado, según el estudio de la UM.

Si bien los autores del estudio apoyan el uso de las estatinas que bajan el colesterol, llegaron a la conclusión de que los pacientes y sus médicos deberían considerar todos los factores que los ponen en peligro de ataques cardiacos e infartos.

Las conclusiones se divulgarán el lunes con antelación a la publicación impresa en la revista Annals of Internal Medicine.

“Nos hemos preocupado demasiado por el nivel de colesterol de las personas y no nos hemos ocupado lo suficiente acerca de su riesgo general de enfermedad cardiaca”, dijo Rodney A. Hayward, director del Centro de Asuntos de Veteranos para Investigación y Desarrollo de Servicios de Salud, y profesor de medicina interna en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan.

El Programa Nacional de Educación sobre Colesterol recomienda que el nivele de las lipoproteínas de baja densidad (LDL por su sigla en inglés) que son dañinas debe mantenerse por debajo de 130 para la mayoría de las personas. Los pacientes de alto riesgo deberían tener niveles de colesterol de baja densidad aún inferiores, por debajo de 70.

El estudio de la UM tomó un enfoque diferente, llamado tratamiento adaptado, que usa los factores de riesgo de cada persona y modelos matemáticos para calcular los beneficios que pueden esperarse del tratamiento, considerando:

• El riesgo de ataque cardiaco o infarto de la persona sin tratamiento

• En qué medida la estatina reduce el riesgo, y

• Los perjuicios potenciales del tratamiento.

“Estos son tres factores que determinan el beneficio neto de un tratamiento”, dijo Hayward. “Nuestra fijación sobre uno solo de los factores, el colesterol LDL, a menudo nos lleva a dar el tratamiento a las personas equivocadas”.

 

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