Estenosis carotídeas

Stent y cirugía previenen accidentes cerebrovasculares

Endarterectomía Carótida con Revascularización vs. Ensayo Stent (CREST)

Fuente: Medlineplus

Por Julie Steenhuysen

CHICAGO (Reuters) - Un enfoque nuevo y menos invasivo para prevenir accidentes cerebrovasculares (ACV) a través de un stent resultó ser igual de seguro y efectivo que una cirugía, dijeron investigadores estadounidenses el viernes.

Durante muchos años, la intervención quirúrgica fue el método elegido para destapar los peligrosos cúmulos de grasa depositados en las arterias carótidas que pueden provocar un ACV.

Pero en los últimos años los expertos adoptaron enfoques nuevos y menos invasivos, como el uso de angioplastias y stents, en pacientes de mayor riesgo, desatando un debate en torno de cuál de todos los métodos es el mejor.

Varios fabricantes de dispositivos médicos venden los stents para la carótida, como Boston Scientific Corp, Abbott Laboratories, Johnson & Johnson, Ev3 Inc y C.R. Bard Inc.

El ensayo de nueve años, llamado Endarterectomía Carótida con Revascularización vs. Ensayo Stent (CREST por su sigla en inglés), comparó la seguridad y efectividad de la intervención versus la colocación del stent en 2.502 pacientes con y sin un antecedente de ACV.

El estudio mostró que ambos enfoques eran seguros y efectivos en general para prevenir la enfermedad, pero encontraron algunas diferencias.

El equipo detectó que los pacientes que habían sido sometidos a la cirugía tenían una menor tasa de ACV subsiguientes, mientras que los que habían recibido un stent eran menos propensos a sufrir un ataque cardíaco luego del procedimiento.

"Pese a que el objetivo del estudio fue comparar ambos procedimientos, nos complació comprobar que ambos se tornaron extraordinariamente seguros", dijo el doctor Gary Roubin, del Hospital Lenox Hill, en Nueva York, que presentó los resultados en la Conferencia Anual de Accidente Cerebrovascular, en San Antonio.

Un año después del procedimiento, aquellos que habían sufrido un ACV reportaron que sus efectos tenían un mayor impacto en su calidad de vida que los que habían tenido un ataque cardíaco.

La edad también parece ser un factor importante. Las personas que tenían 69 años o menos obtenían resultados levemente mejores si recibían un stent, mientras que los pacientes mayores de 70 respondían mejor a un tratamiento quirúrgico.

Para la prevención del ACV, el equipo dijo que la cirugía resultó ser el método más seguro.

"Sólo cuando se añaden los ataques cardíacos es que los resultados de ambos procedimientos se tornan similares", dijo Wesley Moore, de la University of California, en Los Angeles, líder del estudio.