El papel de la grasa parda | 03 MAR 10

Adelgazar al calor de las... grasas

El tejido adiposo pardo quema energía para elevar la temperatura del neonato. Si se logra controlar su activación, podría ser un remedio contra la obesidad.

CRISTINA DE MARTOS

Un equipo de investigadores españoles ha descubierto los mecanismos que estimulan la actividad de la grasa parda, que mantiene la temperatura corporal de los recién nacidos. Sus hallazgos, que aparecen en las páginas de 'Cell Metabolism', podrían dar lugar a una terapia contra la obesidad ya que este tejido es capaz de quemar muchas calorías, también en el adulto.

"Hasta hace pocos años, el papel de la grasa parda en el adulto era muy dudoso", explica a ELMUNDO.es Francesc Villarroya, director del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona. "Pero con el auge de la medicina nuclear, se redescubrió su presencia y actividad en los individuos. Ahora se vuelve a apreciar su papel en el metabolismo".

El trabajo coordinado por Villarroya suma esperanzas a su posible uso terapéutico frente a la obesidad. Estudiando diferentes modelos animales relacionados con mecanismos metabólicos y del envejecimiento, "vimos que había una molécula (FGF21) que estaba muy alterada y nos dimos cuenta de que tenía mucho interés en el metabolismo", señala este experto catalán.

Al centrarse en su estudio, descubrieron que esta hormona de naturaleza proteica regula la actividad de la grasa parda, un 'quema calorías' natural de cuerpo. "El punto crítico –subraya Villarroya- es que creemos que define una nueva vía de activación de este tejido".

Un calefactor para el recién nacido

El paso de la vida fetal, en el interior del útero, a la postnatal es un reto en varios aspectos. Una de las primeras necesidades que experimentan los recién nacidos es la de mantener la actividad muscular y la termogénesis. Esta última depende de la grasa parda, que responde a la alimentación quemando el exceso de calorías.

En la activación del tejido adiposo marrón, FGF21 ha resultado desempeñar un papel clave, tal y como han desmotrado estos experimentos en ratones. En respuesta a la elevación de los niveles de ácidos grasos en sangre, el hígado empieza a sintetizar esta hormona cuya misión es 'encender' el quemador de energía. De esta forma, los bebés son capaces de mantener una temperatura adecuada.

 

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