Investigadores informan que las personas que sufren de dolor de pecho a quienes los paramédicos administran electrocardiogramas antes de llegar al hospital no esperan tanto para recibir tratamiento de reperfusión medicamentosa o invasiva.
Con frecuencia pudieron prescindir de la sala de emergencias y llegar directamente al laboratorio de cateterismo para tratamiento con lo que por lo general se conoce como angioplastia, encontró el estudio.
Fueron tratados, en promedio, 60 minutos tras llegar al hospital, frente a 91 minutos para las personas que no recibieron un ECG antes de llegar al hospital. Los hallazgos aparecen en la edición de enero de Catheterization and Cardiovascular Interventions.
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