Beneficio | 03 MAY 10

El Aripiprazol atenúa la hiperprolactinemia provocada por la Risperidona

Los antagonistas dopaminérgicos como la risperidona pueden ocasionar hiperprolactinemia. La administración concomitante de aripiprazol permite revertir dicho efecto gracias al agonismo parcial de este agente sobre los receptores dopaminérgicos.
Autor/a: Dres. Rainka M, Capote H, Ross C, Gengo F Fuente: SIIC Journal of Clinical Pharmacy and Therapeutics 34(5):595-598, Oct 2009

Introducción y objetivos

Los antagonistas dopaminérgicos como los antipsicóticos típicos y la risperidona pueden ocasionar hiperprolactinemia, ya que revierten la inhibición provocada por la dopamina sobre las células lactotropas de la adenohipófisis. Algunas de las consecuencias de la hiperprolactinemia son la galactorrea, la ginecomastia y la disminución de la densidad mineral ósea. Entre las estrategias para disminuir la hiperprolactinemia se incluye la interrupción del tratamiento con el antagonista dopaminérgico y la administración de agonistas dopaminérgicos.

Los autores de esta publicación evaluaron el efecto del tratamiento combinado con aripiprazol y risperidona en términos de beneficio terapéutico y control del aumento del nivel de prolactina en un paciente que presentaba retraso mental y trastorno del control de los impulsos. Esta estrategia puede ser útil, dado que la administración de agonistas dopaminérgicos puede empeorar el cuadro clínico. El caso clínico que se describe a continuación corresponde a uno de tres pacientes que presentaron hiperprolactinemia provocada por risperidona y que obtuvieron beneficios con la administración de aripiprazol relacionados con la disminución del nivel de prolactina. Se trata del primer caso observado en un paciente con retraso mental.

Caso clínico

Se describe el caso de un paciente de sexo masculino y 48 años de edad con retraso mental, trastorno obsesivo compulsivo y trastorno del control de los impulsos. El paciente logró la estabilidad del cuadro clínico en 1997 y fue tratado por los autores a partir de 2001. En dicho momento recibía 8 mg/día de risperidona, 2 000 mg/día de ácido valproico, 150 mg/día de clomipramina, 15 mg/día de flurazepam y realizaba 2 tomas diarias de 2 mg de trihexifenidilo. El trihexifenidilo y el flurazepam fueron interrumpidos en 2001 y 2002, respectivamente. En octubre de 2002 el paciente presentó temblor. Con posterioridad, se disminuyó la dosis de risperidona hasta llegar a 4 mg/día, pero surgieron trastornos conductuales. Esto motivó el aumento de la dosis de risperidona hasta llegar nuevamente a 8 mg/día. Si bien se observó una mejoría del cuadro psiquiátrico, el paciente presentó parkinsonismo. En 2004 se agregó quetiapina y levetiracetam al esquema terapéutico. Además, se administró amantadina para controlar los síntomas extrapiramidales y se disminuyó la dosis de risperidona con el objetivo de suspender su administración debido a la aparición de hiperprolactinemia. En septiembre de 2005 se administró lamotrigina, a la vez que se disminuía la dosis de risperidona hasta llegar a su interrupción en enero de 2006. Dicha suspensión provocó irritabilidad, impulsividad, agresividad, agitación y verbalizaciones inadecuadas. A continuación se disminuyó la dosis de ácido valproico y se aumentó la dosis de lamotrigina.

Debido al antecedente de respuesta adecuada a la risperidona, la droga se administró nuevamente en junio de 2006 y el paciente presentó mejorías al llegar a una dosis de 6 mg/día. No obstante, esto se asoció con un aumento del nivel de prolactina en sangre. Luego se agregó aripiprazol hasta llegar a 10 mg/día y se observó una disminución de la prolactinemia. El aumento de la dosis de aripiprazol hasta 15 mg/día se asoció con una disminución aún mayor del nivel de prolactina en plasma. Dicho nivel continuó en descenso y se estabilizó entre noviembre de 2006 y agosto de 2007. El esquema terapéutico final incluyó la administración de 500 mg/día de ácido valproico, 6 mg/día de risperidona, 15 mg/día de aripiprazol, 150 mg/día de clomipramina, 200 mg/día de lamotrigina, 700 mg/día de quetiapina, 3 000 mg/día de levetiracetam, 200 mg/día de amantadina, 10 mg/día de bisacodilo y 200 mg/día de docusato. El paciente presentó una mejoría del cuadro psiquiátrico en términos de conducta, socialización y funcionamiento cognitivo.

 

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