Casi la mitad de las operadas | 12 NOV 09

Dolor años después de la mastectomía

La juventud y la radioterapia incrementan el riesgo de sufrir dolor. El 13% de las encuestadas presentaba dolor severo y el 77% lo sufría a diario.

NURIA BAENA

A veces, la pesadilla del cáncer de mama no acaba cuando la paciente se ha sometido a cirugía y a terapia. El malestar físico acompaña a un buen número de mujeres aun cuando han transcurrido dos o tres años desde la operación. Tanto es así que pasado ese tiempo alrededor de un 47% de ellas experimenta dolor en la zona afectada mientras un 58% sufre molestias sensoriales. Las pacientes más jóvenes y las que han recibido radioterapia son las más proclives a sufrir este efecto secundario, según revela un estudio publicado en la revista 'The Journal of the American Medical Association' (JAMA).

El dolor persistente tras una operación ha demostrado afectar de manera relevante a entre un 10% y un 50% de quienes se someten a operaciones quirúrgicas comunes. En el caso del cáncer de mama, los mecanismos que lo provocan incluyen el daño del nervio por la técnica quirúrgica empleada. Además, entre las alteraciones sensoriales que también pueden sufrir las pacientes se encuentran la quemazón y la sensación de pérdida. Por otra parte, las terapias adyuvantes o asociadas, como la quimioterapia y la radioterapia, pueden constituir un factor importante en el dolor en el cáncer de mama, al tiempo que existen otros elementos de riesgo como ser menor de 40 años, el estatus psicosocial o haber sufrido dolor en la mama antes de la operación.

Para desentrañar las claves de este problema un grupo de investigadores, dirigidos por el doctor Rune Gärtner, miembro del departamento de Cirugía de Mama del Hospital universitario Rigs de Copenhague, en Dinamarca, envió un cuestionario a 3.754 mujeres con edades comprendidas entre los 18 y los 70 años que habían sido sometidas a cirugía en este país escandinavo para combatir un cáncer de mama primario unilateral. Como técnica quirúrgica se habían realizado tanto mastectomías (amputación total de la mama) como cirugías conservadoras del seno, así como disección del nódulo linfático centinela o del linfático axilar.

Más de 3.200 mujeres respondieron a la encuesta en la que se buscaba dilucidar la prevalencia, los factores asociados y la severidad del dolor crónico, así como las molestias sensoriales que habían experimentado las pacientes transcurrido un periodo medio de tiempo de unos 26 meses tras la operación.

Al examinar las respuestas los autores concluyeron que el 47% de las féminas presentaba dolor en una o más áreas de su cuerpo. De ellas, el 13% sufría dolor severo, el 39% moderado y el 48% ligero. Entre las que sufrían dolor severo el 77% lo experimentaba todos los días frente al 36% de mujeres que sufrían diariamente molestias ligeras.

Por otra parte, las pacientes que habían sido tratadas con radioterapia vieron incrementado el riesgo de sufrir dolor, algo que no sucedió entre quienes recibieron quimioterapia. También se mostraron más propensas a padecer molestias aquellas mujeres a las que se les había diseccionado el nódulo linfático axilar, mientras que la extirpación del nódulo centinela no favoreció este efecto.

 

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