Herpes simple labial | 03 ENE 11

Tratamiento del herpes simple labial con láser de baja potencia

El herpes simple es causado por Herpes virus hominis, que produce una afección eruptiva aguda de uno o más grupos de vesículas sobre una base eritematosa; puede localizarse en cualquier parte del cuerpo preferentemente en la boca y los genitales precedida y acompañada de ardor y prurito.
Autor/a: Dres. Bianka M. González, MD, MMBN1, Adel Hernández, MD2, Adonis Estevez, MD3 

Resumen

Introducción: El herpes simple es causado por Herpes virus hominis, que produce una afección eruptiva aguda de uno o más grupos de vesículas sobre una base eritematosa; puede localizarse en cualquier parte del cuerpo preferentemente en la boca y los genitales precedida y acompañada de ardor y prurito.

Objetivos: Se evaluó la efectividad del tratamiento con láser de baja potencia en relación al tratamiento convencional según la evolución clínica, desaparición de síntomas y signos en los pacientes con herpes simple labial.

Metodología: La muestra comprendió 60 pacientes que asistieron a la consulta de dermatología por dicha entidad, en cuatro policlínicos de la capital cubana en el transcurso del año 2006. Se llevó a cabo un estudio explicativo de tipo experimental y prospectivo, donde se aplicaron dos tipos de tratamientos, el convencional con aciclovir por vía oral y tópica y el láser de baja potencia, como único tratamiento.

Resultados: Hubo predominio del sexo femenino con 78.3%; el grupo de edad más afectado estaba entre 28 y 37 años (45.5%), la media del número de sesiones necesarias para la desaparición de síntomas y signos en el tratamiento convencional fue 7.3 sesiones mientras que en el tratamiento con láser fue 5.2 sesiones y se pudo evidenciar que sí existen diferencias estadísticamente significativas entre las medias de ambos tratamientos; en cuanto a la evolución clínica ambos tratamientos tuvieron mayor porcentaje de pacientes curados. Se recomienda evaluar a largo plazo la presencia de recidivas y que se utilice esta técnica como una opción de tratamiento para mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados.

Introducción

El herpes simple es causado por Herpes virus hominis, que produce una afección eruptiva aguda de uno o más grupos de vesículas que se asientan sobre una base eritematosa; puede localizarse en cualquier parte del cuerpo de preferencia en la boca y los genitales pre-cedida y acompañada de ardor y prurito1.

En 1961 se demuestra que existen dos cepas diferentes del virus del herpes simple. El virus del herpes simple tipo 1 (HVS-1) usualmente asociado con las infecciones de los labios, la boca y la cara. Es el más común en la población y se adquiere por lo general durante la niñez. Con frecuencia causa lesiones dentro de la boca como herpes labial o ampollas febriles y se trasmite por contacto con saliva infectada. Hasta 90% de las personas desarrollan anticuerpos contra el virus HSV-1 en la adultez2.

El virus del herpes simple tipo 2 (HVS-2) se transmite por contacto sexual y se asocia casi siempre con úlceras o llagas en los genitales; sin embargo, algunas personas pueden tener este virus sin haber desarrollado ninguno de estos síntomas3.

La infección por virus herpes simple facial-oral recurrente, que se conoce como «las heridas frías» o «la fiebre ampollosa» afecta entre 25% y 40% de la población de los Estados Unidos y es la manifestación más común de infección por herpes simple. De 20% a 30% de los adultos en dicho país presentan anticuerpos contra este virus. La infección cruzada de los virus tipo 1 y 2 puede ocurrir a causa del sexo orogenital4,5.

El sello de la primoinfección causada por VHS es que ocurre inicialmente en una localización mucocutánea por exposición directa a través del contacto con otro individuo infectado. La primera infección puede progresar de distintas formas. La mayoría de las personas no tienen síntomas o son muy leves6.

El ser humano es su huésped natural. La transmisión se realiza por contacto directo e íntimo de una mucosa o piel traumatizada. La fuente del virus puede ser una lesión aparente (primitiva o recurrente), o un portador asintomático en la saliva o en las secreciones genitales7.

Durante la primoinfección, los virus se multiplican en las células de la epidermis en el punto de inoculación y además, infectan las terminaciones nerviosas de la zona. Desde allí, a través de los nervios, los virus viajan hasta las raíces de éstos donde permanecen en un estado de latencia, sin provocar la muerte de las células donde se asientan8.

Luego, al producirse un debilitamiento del sistema inmune, el virus se reactiva, comienza de nuevo a multiplicarse y viaja de vuelta por los nervios hasta la piel donde produce una recidiva, y aparecen las lesiones típicas9,10.

La primera infección ocasionada por el tipo I se presenta en la infancia y es casi siempre asintomático, aunque algunas veces (10%) se manifiesta como gingivoestomatitis herpética aguda (GEHA). Hay múltiples vesículas, que se rompen con rapidez y dejan erosiones localizadas en la boca, encías, lengua y labios11.

Un rasgo característico de todo herpes virus es que después de la infección primaria, el virus tiene la habilidad de establecer una infección latente o inactiva y se puede reactivar para producir una enfermedad recurrente, que, por lo general, es más apacible y de duración más corta que la primoinfección12.

La recurrencia se puede precipitar a causa de la sobreexposición a los rayos del sol, por fiebre, por estrés, enfermedades agudas, por la menstruación o después de la menarquia u otras condiciones que debiliten el sistema inmune (como cáncer, VIH/SIDA y el uso de corticosteroides). Las recidivas son más leves y sin síntomas generales, y tienden a presentar los nuevos brotes siempre en la misma localización13.

Se han propuesto múltiples tratamientos para el herpes labial, entre los que se citan la aplicación de frío en la zona afectada (Bellow)2,3; Cohen14 con la aplicación del éter, que actúa sobre la membrana lipídica de los herpes virus; los medicamentos antivíricos como el yodo-oxuridina, que actúan sobre el ADN tanto del virus como de la célula normal, pero es muy tóxica15,16; otros anti-virales como el aciclovir y análogos, que frenan la replicación o copia del ADN vírico, e impiden así la multiplicación del virus17,18; los interferones que trastornan la replicación viral sin alterar la función de las células normales, por ejemplo, el interferón-alfa15. También se han utilizado tratamientos de medicina tradicional como la acupuntura, la homeopatía y la terapia floral14; y, por último, el método más reciente, la terapia láser de baja potencia.

Actualmente se dispone de varios medios que tratan de ofrecer a los pacientes un mejor manejo. Uno de estos instrumentos es el láser de baja potencia que por sus propiedades al interactuar con los tejidos biológicos ofrece efectos terapéuticos sobre los tejidos vivos, y logra a nivel celular importantes cambios para una rápida respuesta del tejido dañado. Esta baja densidad de energía no induce cambios en la temperatura de los tejidos a diferencia de los sistemas láser de alta potencia o quirúrgicos que hasta pueden vaporizar sus componentes19,20.

La palabra LÁSER surge de las siglas de la expresión en inglés «light amplification by stimulated emission of radiation», que en castellano significa «Amplificación de la luz por emisión estimulada de radiaciones»21.

El LÁSER desde el punto de vista práctico se puede considerar como un haz estrecho de luz monocromática y coherente en el rango visible, infrarrojo o ultravioleta del espectro de las radiaciones electromagnéticas. Es un equipo que proporciona un haz de una radiación especial y se basa en la amplificación de la luz por emisión estimulada de radiación (efecto láser)22,23.

La terapia láser de baja potencia es un área científica relativamente reciente, esta radiación posee propiedades físicas que producen efectos biológicos sobre el tejido vivo, como la analgesia en la zona irradiada. pues interfiere en el mensaje eléctrico a nivel local, inhibe la transmisión del estímulo doloroso, equilibra el potencial de membrana en reposo y evita el descenso del umbral doloroso; una acción anti-edematosa o anti-inflamatoria, pues favorece la vasodilatación capilar y acelera la regeneración de vasos linfáticos con aumento del drenaje en la zona inflamada, favorece la fibrinolisis e interactúa sobre procesos de tabicación y reparación de heridas o traumatismos en tejidos diversos puesto que aumenta el índice de mitosis celular, activa la síntesis proteica y, por tanto, la función celular, estimulando los procesos de epitelización tanto en piel como en otros tejidos24,25.

El láser tiene efecto bioestimulante basado en la hiperpolarización a nivel de la membrana celular, porque ésta se transforma en energía física (ATP), acelera los procesos metabólicos y se incrementa el intercambio de sustancias nutritivas, lo que contribuye a fortalecer la acción de las células defensivas. Se aprovecha su acción antibacteriana, antiedematosa y estimulante del sistema inmunitario26.

La radiación láser, debido a su efecto fotoquímico, tiene una acción directa sobre el esfínter precapilar. Las sustancias vasoactivas lo paralizan y producen vasodilatación capilar y arteriolar, con dos consecuencias: el aumento de nutrientes y oxígeno, que, junto a la eliminación de catabolitos, contribuye a mejorar el trofismo de la zona y el aumento de aporte de elementos defensivos, tanto humorales como celulares. Tras la irradiación láser se produce una respuesta primaria que forma parte de un comportamiento bioquímico que se desencadena después de la absorción de la carga energética. El láser es un estabilizador de la bomba sodio-potasio y actúa generalmente como favorecedor en los procesos de intercambio a nivel celular, así lo evidencian diversos estudios27.

Si se tiene en cuenta lo anteriormente planteado y la posibilidad de aplicar el láser rojo, se hizo este trabajo con la finalidad de evaluar la efectividad del láser de baja potencia en enfermos con herpes simple labial con respecto al tratamiento convencional, identificando el tiempo de resolución de los síntomas y signos según la fase clínica y la evolución clínica en los pacientes de acuerdo con el tipo de tratamiento utilizado.

Material y método

Se llevó a cabo un estudio explicativo de tipo experimental y prospectivo, donde se aplicaron dos tipos de tratamientos, el convencional con aciclovir por vía oral y tópica y el láser de baja potencia, como único tratamiento; para lo cual se conformaron dos grupos de trabajo de 30 pacientes cada uno. El diseño empleado fue en paralelo, la asignación a los grupos de tratamiento fue aleatoria y no se utilizó enmascaramiento.

La muestra estuvo conformada por 60 pacientes con herpes simple labial que asistieron en el transcurso del año 2006 a la consulta dermatológica en los policlínicos «Luis Pasteur», «Luis de la Puente Uceda», «Raúl Gómez García» y «14 de Junio», ubicados en la capital cubana donde se cumplieron los siguientes criterios.

Criterios de inclusión:

  • Pacientes con 18 años o más.
  • Pacientes con lesiones de herpes simple labial.
  • Consentimiento informado.

Criterios de exclusión:

  • Pacientes que no deseen participar en el estudio.
  • Pacientes sin diagnóstico confirmado por el especialista en dermatología.
  • Pacientes con enfermedades malignas asociadas.
  • Pacientes con SIDA.

Se debe aclarar que no se realizó ningún estudio de laboratorio para determinar la virulencia del agente causal de la enfermedad, pues se empleó tan sólo el método clínico de observación de los síntomas, facilitado por la claridad de los mismos y su tipificación no llevaría a cambios de tratamiento. El diagnóstico lo hicieron los cuatro dermatólogos correspondientes a las diferentes áreas de salud, donde se realizó un consenso entre ellos para lograr igualdad de criterios en el diagnóstico de la dolencia.

En los pacientes tratados con láser de baja potencia, como único tratamiento, se utilizó un equipo de fabricación cubana modelo FISSER 21 con una longitud de onda de 650 nm (rojo) y una potencia máxima de salida de 20 mW a dosis anti-inflamatoria y reparadora tisular (8 joules/cm2). Para la terapia se procedió a la limpieza mecánica de las lesiones con suero fisiológico; la técnica de irradiación consistió en depósitos puntuales de energía a un centímetro de separación entre puntos y a un centímetro de distancia de separación del puntero láser de la lesión. Los pacientes recibieron un ciclo de tratamiento de 10 sesiones, que no debían abandonar pese a la mejoría de las lesiones hasta el final del mismo.

 

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