Inmunidad y linfocitos T | 12 OCT 09

Tuberculosis: buscan reforzar las defensas

La respuesta inmunológica a la infección depende, en gran parte, de la cantidad de una sustancia clave para la producción de linfocitos T.

Los investigadores buscan terapias más efectivas contra la tuberculosis.

Por Susana Gallardo

Parecía que los antibióticos iban a terminar con la tuberculosis, la enfermedad infecciosa más antigua de la humanidad. Sin embargo, hoy es la de mayor prevalencia, junto con el sida: un tercio de la población mundial está infectada; cada año, hay 8 millones de casos nuevos, y mueren 3 millones. Aquí, cada año, aparecen 11.000 o 12.000 casos nuevos, y mueren alrededor de mil pacientes.

Esto ocurre, entre otras razones, por el abandono de los tratamientos y la resistencia a los antibióticos. Pero las defensas del organismo cumplen un papel central y no todas las personas hacen frente a la enfermedad de la misma manera. Una de las claves es la presencia del interferón gamma, una sustancia que fabrican los linfocitos T, las células del sistema inmune.

"El hecho de que un paciente pueda tener más o menos interferón depende de una cascada de señales en las células, y hemos identificado algunas de las moléculas involucradas", explica la doctora Verónica García, profesora del Departamento de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA e investigadora del Conicet. Acaba de recibir un subsidio de 300.000 dólares de los Institutos de Salud de los Estados Unidos para trabajar 4 años en el mejoramiento de la efectividad de las terapias.

Los pacientes con tuberculosis suelen abandonar la medicación al sentirse mejor, tras las primeras cuatro semanas. "El tratamiento incluye una asociación de cuatro fármacos por un mínimo de seis meses, plazo que puede prolongarse si se presentan formas pulmonares muy graves", explica la doctora Rosa Musella, del Servicio de Neumotisiología del Hospital Muñiz.

La experta indica que la protección de la vacuna BCG es pasajera y eficaz sólo para las formas diseminadas y graves, en especial en niños y jóvenes. "Muchos grupos de investigación en el mundo trabajan para lograr una vacuna más efectiva, segura y con protección de por vida", dice Musella. Hoy, la BCG se aplica sólo al nacer.

Por otra parte, García señala que los pacientes pueden tener alta o baja respuesta inmunológica frente al patógeno. "Los que están más graves tienen muy disminuida la producción de interferón gamma". Y su administración externa puede tener efectos adversos, por lo que García apunta que "es importante lograr que el paciente pueda producirla en cantidades adecuadas para defenderse del patógeno".

 

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