Tras introducirse la PSA | 03 SEP 09

Más de un millón de tumores de próstata sobrediagnosticados

Las cifras se han disparado sobre todo entre los hombres menores de 50 años.

ISABEL F. LANTIGUA

La prueba del antígeno prostático específico (PSA), que se introdujo en EEUU en 1987, supuso una auténtica revolución a la hora de diagnosticar el cáncer de próstata. Aprovechando la llegada de esta técnica se realizaron un sinfín de campañas para concienciar a los hombres de la importancia de la detección precoz. Sin embargo, dos décadas después de su introducción, un estudio indica que ha producido un exceso de diagnósticos y, como consecuencia, se ha tratado a individuos que igual no lo necesitaban.

Basándose en datos del Instituto Nacional del Cáncer de EEUU, un equipo de investigadores estima que a raíz de esta prueba se ha diagnosticado adicionalmente a 1.305.600 hombres, de los cuales 1.004.800 han recibido tratamiento. Utilizando el escenario más optimista, aquel que asume que este 'screening' es responsable del descenso de la mortalidad por este cáncer observado en las dos últimas décadas -algo que no está ni mucho menos claro-, los autores del trabajo señalan que para que un hombre obtenga este beneficio, más de 20 deben ser diagnosticados.

La investigación, que se publica en 'Journal of the National Cancer Institute', entiende por sobrediagnóstico la detección de tumores que nunca progresarán ni causarán síntomas, que no son peligrosos para el individuo. Para calcular estos sobrediagnósticos, el equipo analizó la incidencia de cáncer de próstata entre 1987 y 2005 y la comparó con la que había en 1986, justo un año antes de la llegada de la PSA.

Desde 1986 la incidencia de este tumor creció un 12% anual hasta alcanzar su pico en 1992, con una tasa de 237,2 diagnósticos por cada 100.000 hombres. En el periodo estudiado, la incidencia del tumor fue de un 26% de media (entre 119 y 150 por casos por cada 100.000). Los autores observaron que mientras en los hombres mayores de 80 años los casos de cáncer de próstata descendieron significativamente, en aquellos con edades entre 60 y 69 años la incidencia se duplicó, en la franja de 50 a 59 años se triplicó y en los menores de 50 el diagnóstico de estos tumores se multiplicó por siete.

Trabajos similiares realizados en Europa también han estimado que un 48% de las personas diagnosticados con la PSA habían sido sobrediagnosticados. "El principal problema de esto es que los pacientes se sometan a un tratamiento que no necesitan porque su enfermedad no va a progresar y experimenten los efectos secundarios de la terapia, que pueden incluir impotencia e incontinencia entre otras", afirman H. Gilbert Welch y Peter Albertsen, de la Universidad de Connecticut (EEUU) y autores del estudio.

 

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