Constelación de riesgos | 05 AGO 09

Si la pareja se disuelve, la salud lo siente

Quienes se divorcian o enviudan sufren un gran deterioro físico.

Lara Tarker-Pope, The New York Times

NUEVA YORK.- Los casados tienden a estar más sanos que los solteros. Pero, ¿qué sucede cuando el matrimonio se acaba?

Un nuevo estudio muestra que cuando las personas que se han casado vuelven a estar solas ?ya sea debido al divorcio o a la muerte de su pareja? experimentan mucho más que una pérdida emocional. Habitualmente sufren un deterioro de la salud física del que nunca se recuperan del todo, aun cuando vuelvan a casarse.

Y en términos de salud, no es mejor haberse casado y luego volver a estar solo que no haberse casado jamás. Las personas de edad media que no han contraído matrimonio tienen menos problemas crónicos de salud que aquellas que se han divorciado o han enviudado. Los hallazgos, que surgen de un estudio nacional en 8652 varones y mujeres de entre 50 y 60 años, sugieren que el estrés físico que supone la pérdida del matrimonio persiste aun cuando las heridas emocionales se han curado.

Si bien esto no quiere decir que las personas deberían seguir casadas a cualquier costo, sí muestra que la historia marital de una persona es un importante indicador de salud, y que la persona que vuelve a estar sola debe estar especialmente atenta al manejo del estrés y a la práctica de actividad física, aun cuando vuelva a contraer matrimonio.

"Cuando nuestra pareja se enferma y está por morir o cuando el matrimonio empeora y está por morir, los niveles de estrés suben", dijo Linda White, profesora de sociología de la Universidad de Chicago, Estados Unidos, y coautora del estudio que será publicado en el número de septiembre de la revista The Journal of Health and Social Behavior . "Uno no duerme bien, su dieta empeora, no puede hacer gimnasia, no puede ver a los amigos. Es todo un paquete de hechos negativos."

Efectos documentados
Los beneficios que reporta el matrimonio a la salud, documentados por numerosas investigaciones, parecen provenir de diversos factores.

Las mujeres, en particular, actúan como guardianas de la salud de sus maridos, agendándoles consultas con sus médicos y avisándoles si notan alguna señal que sugiera un problema de salud.

Los cónyuges pueden además ofrecer apoyo logístico, cuidando de los hijos cuando la madre practica actividad física, o llevándola y trayéndola del médico.

En el último estudio los investigadores trataron de averiguar cuál es el impacto del divorcio, de enviudar y volver a casarse en un amplio número de personas.

De las 8652 personas estudiadas, más de la mitad todavía seguía en su primer matrimonio. Alrededor del 40% se había divorciado o había enviudado, y cerca de la mitad de estas personas se había vuelto a casar en el momento del inicio de la investigación. Sólo un 4% nunca había contraído matrimonio.

En suma, los varones y las mujeres que habían atravesado un divorcio o la muerte de su pareja refirieron un 20% más de problemas crónicos de salud, como enfermedad cardíaca, diabetes o cáncer, en comparación con las personas que seguían casadas.

Las personas que previamente habían estado casadas también tendían a tener mayores problemas de movilidad, como dificultades para subir escaleras o caminar una distancia significativa.

 

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