PATRICIA MATEY
Susi es su nombre virtual, pero en la vida real se llama Angélica. Tiene 14 años y, como buena parte de los adolescentes de todo el mundo, se ha creado un personaje virtual en una de las redes sociales de moda (Myspace). A Susi le gusta vestir de pantalón corto, zapato de tacón alto, ombligo al aire y camiseta ceñida, pero realmente Angélica nunca utiliza este tipo de vestimenta.
Una buena parte de las adolescentes enganchadas a las redes sociales de Internet escoge avatares [imagen física virtual que representa a la usuaria] provocativos. Lo que ellas no saben es que el uso de este tipo de perfil eleva el riesgo de convertirse en víctima de acoso sexual en la red, tal y como acaba de poner de manifiesto un nuevo estudio.
"Ni la candidez de Internet ni la inocencia sexual de los adolescentes elevan el riesgo de victimización en Internet. Los personajes virtuales provocativos que escogen muchas chicas sí aumentan las insinuaciones sexuales y su vulnerabilidad", comentan los autores del trabajo, publicado en ''Pediatrics''.
Dirigidos por Jennie Noll, del Hospital Central Infantil de Cincinnati (Ohio, EEUU), los investigadores reconocen que este hallazgo se suma a constataciones previas como "la de que los jóvenes con conflictos familiares o depresión son más proclives a conversar sobre sexo a través de la red con personas desconocidas y enviarles información personal. También se ha demostrado que los adolescentes que han sido víctimas de abusos físicos o sexuales en la infancia tienen más posibilidades de sufrir una revictimización, por lo que su vulnerabilidad en Internet se eleva".
Insinuaciones sexuales
Con todas estas evidencias en la mano, Noll y su equipo decidieron "llevar a cabo una investigación capaz de determinar qué factores de riesgo incrementan las posibilidades de victimización a través de Internet en las adolescentes, examinando distintas variables como las insinuaciones sexuales recibidas y los encuentros que se producían en la vida real con personas que primero habían contactado ''on line''. También queríamos saber si las chicas con historial de abusos en comparación con las que no han pasado por este trauma son o no más proclives a padecer acoso cibernauta", comentan en el trabajo.
Con la participación de 104 chicas víctimas de abusos, reclutadas de los servicios de protección infantiles, y 69 sin estos antecedentes, los autores llevaron a cabo diversos cuestionarios destinados a conocer si las participantes (todas de entre 14 y 17 años) consumían drogas o no y si tenían a sus padres en casa y las vigilaban cuando ellas estaban en el domicilio familiar.
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